Mateu Isern, Jesús Valls, Andreu Garau y Álvaro Gijón se fueron a comer este jueves al Alaska después del pleno. Así se reconciliaron Gijón y los más afines a Isern y tranquilizaron a los responsables del Alaska, asegurándoles que no lo iban a cerrar.

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«Hoy se rompe la unanimidad de este pleno», sentenció la socialista Yolanda Garví durante el debate del Molinar.

Sin embargo, esta afirmación se pudo extrapolar poco después a Santa Catalina y la política de vivienda para las personas afectadas por los desahucios; temas en los que gobierno y oposición siempre habían aprobado las propuestas por unanimidad.

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MÉS presentó una proposición instando a la Autoritat Portuaria a paralizar la tramitación de la ampliación del Molinar hasta que no haya consenso. El PP votó en contra y argumentó que la comisión técnica está elaborando los informes. La oposición fue muy crítica con la citada comisió y recriminó que el 33 % de sus integrantes son políticos.

El consenso también se rompió en la protección de Santa Catalina. La oposición criticó al gobierno por aprobar la protección de la barriada y la demolición de un edificio de 1902. El titular d’Urbanisme reiteró que proteger no es prohibir, sino poner en valor.

Sobre la política de vivienda, «Se ha constado el fracaso de Cort en materia de desahucios; nos hemos quedado mucho en palabras y poco en hechos», reprochó el ecosoberanista Antoni Noguera; que adelantó que no llevarán más propuestas sobre este asunto porque no se cumplen. «Ha habido muchos acuerdos, pero no se han ejecutado», lamentó la socialista Virginia Abraham. «Tenemos una Oficina de Intermediación Hipotecaria que no intermedia, solo informa».