Pleno del Ajuntament de Palma de diciembre de 2003 en el que Catalina Cirer aparece junto al que a las horas era regidor de Urbanisme Rodrigo de Santos. La entonces alcaldesa anunció una querella contra Eberhard Grosske por hablar de «pelotazo» en la compra de Son Espases. | Teresa Ayuga

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MÉS defenderá ante el pleno del Ajuntament de Palma que el consistorio repruebe a la exalcaldesa Catalina Cirer y a su equipo de gobierno durante la legislatura 2003-2007 por la «actuación corrupta» en la elección de los terrenos de Son Espases para la construcción del hospital de referencia.

El grupo nacionalista ha presentado este miércoles una proposición a raíz de la confesión del exconcejal de Urbanismo Rodrigo de Santos, que habría detallado a la Fiscalía Anticorrupción que se eligió Son Espases para ubicar el hospital porque así lo ordenó el entonces presidente del Govern, Jaume Matas, hoy encarcelado por corrupción.

«El Ajuntament tiene que reprobar la actuación del consistorio presidido por Catalina Cirer», ha defendido a través de un comunicado el portavoz de MÉS en Palma, Antoni Verger, quien ha recordado que Cort abonó 7,2 millones de euros por la expropiación de los terrenos para el centro sanitario.

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De hecho, otra de las medidas que propone el grupo opositor es que el Ajuntament se comprometa a reclamar por vía judicial a Matas y otros responsables, «y subsidiariamente al PP, la devolución de los 7,2 millones de euros», en caso de que la justicia pruebe que el proceso fue corrupto.

Además, los nacionalistas quieren que Cirer, hoy consellera insular, y los actuales concejales Álvaro Gijón, Sebastià Sansó y Julio Martínez, también ediles de 2003 a 2007, junto con la diputada Lourdes Bosch, que entonces era directora de Urbanismo, expliquen «con urgencia y públicamente todo los que sabían sobre la actuación fraudulenta del Ajuntament de Palma en relación a Son Espases» y asuman responsabilidades en caso de demostrarse la corrupción.

MÉS también plantea que el pleno del consistorio pida disculpas a toda la ciudadanía, «especialmente a los vecinos de La Real y a la Congregación de los Sagrados Corazones», titular del monasterio.