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La edad de inicio de los adolescentes en el consumo de drogas sigue descendiendo –1,5 años respecto a 2012– y ya se sitúa en los 12 o 13 años, según confirmó ayer el director general de Projecte Home, Jesús Mullor, durante la presentación del Informe psicosocial de los jóvenes y adolescentes atendidos en 2013 por Projecte Jove.

Projecte Home, que mañana celebra su XXVII aniversario, atendió en 2013 a un total de 144 jóvenes de entre 14 y 23 años, una cifra récord en su historia y un 10 % superior a la del año anterior». De ellos, más de la mitad, el 57,3 %, eran menores de 18 años y el 70 % eran varones. La principal droga de consumo de estos usuarios es, con diferencia, el cannabis (75,7 %) (ver gráfico adjunto), seguidos por la cocaína o la cocaína y el alcohol a la vez, con un 11, 8 % de los casos.

El presidente de PH, Tomeu Català, reconoció que desde sus inicios la entidad tuvo la preocupación de atender a los usuarios más jóvenes de una forma diferenciada a la de los adultos. Para ello, actualmente hay en marcha tres programas para jóvenes y adolescentes. El primero es el programa de Centro de día, al que en 2013 acudieron el 39 % de los 144 usuarios atendidos. Se desarrolla durante toda la jornada y está destinado a personas con un nivel de desestructura alto y mayor consumo de drogas.

Una segunda opción es el programa de tarde ‘Just a temps’, que atendió al 45 % de los chicos y chicas, diseñado para aquéllos con un perfil algo más estructurado y que, al ser de exigencia media, se realiza de forma ambulatoria. Por último, está en marcha el programa Ciberjove (16 % de los usuarios), enfocado a ofrecer una respuesta a jóvenes que presentan un consumo incipiente de drogas, por lo que es de carácter preventivo. Estos dos últimos pueden compatibilizarse con las actividades académicas, con lo que pueden acoger a jóvenes menores de 16 años.

Efectividad

Las duraciones de la estancia en los programas, según Mullor, pueden ser tan diferentes como lo requiera la persona, pero pueden variar de tres meses a un año.

La tasa de efectividad de los tratamientos está en el 59,7 %. «Del 40,3 % restante que tropieza durante el proceso, el 24 % retorna en algún momento», reconoció el director general.

Estos programas se complementan con cursos de formación profesional, «porque el objetivo es que el joven tenga una base sólida en la que apoyarse para recomponer su vida». Y estos pilares son tres, la familia, los amigos y la formación/ocupación.

«Nosotros no analizamos qué grado de ‘culpa’ puede tener la familia en la adicción del joven, lo único seguro es que ésta debe formar parte de la solución, por eso se trabaja también con las familias», explicó Mullor.