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El medio millar de pasajeros del vuelo PLM 7008 de la compañía Pullmantur que debía volar en la tarde del pasado domingo a Punta Cana permanecía en la tarde de ayer en sus hoteles de Madrid, después de que el aparato regresase al aeropuerto Barajas-Adolfo Suárez tres horas después de despegar a las 16.30 horas del domingo, decisión que tomó el comandante «al detectar los pilotos un incidente técnico».

Uno de estos pasajeros, el empresario mallorquín Felipe Beltrán, que se dirigía a Punta Cana para atender su establecimiento dedicado al reciclaje de residuos de los hoteles de las diversas cadenas mallorquinas ubicadas en este enclave de República Dominicana, señaló que «ya llevamos dos días en Madrid y no parece que el problema se vaya a resolver hoy», añadiendo a continuación que «el problema es que lo mismo que está sucediendo en España también ocurre en Punta Cana, es el mismo avión el que cubre la ruta de ida y vuelta. Es por eso que calculo que además de la docena de mallorquines que nos hemos quedado atascados aquí, muchos de ellos en el inicio de su viaje de novios, es muy probable que también los haya que no habrán podido regresar».

Piezas de repuesto

El PLM 7008 de Pullmantur, un Boeing 747-400, regresó a Madrid cuando ya se encontraba a la altura de Madeira «pero no optó por tomar tierra allí porque, según explicó la tripulación, aquí sería más fácil encontrar las piezas que supuestamente se habían averiado».

Tras aterrizar en el aeropuerto de Barajas-Adolfo Suárez, los pasajeros permanecieron todavía una hora dentro del avión hasta que pasadas las diez de la noche del pasado domingo pudieron abandonarlo, después de que hubieron accedido al interior diversos agentes de la Guardia Civil. Esta circunstancia desató el rumor de que podía haber una bomba en el aparato.

Pullmantur dispone en la actualidad de cuatro aviones Boeing 747-400 en su flota, todos ellos destinados a cubrir las líneas entre sus destinos desde Madrid con Cancún (Méjico) y Punta Cana (República Dominicana).