El proceso de secularización que vive la sociedad española en general y la mallorquina en particular se deja sentir en todas las celebraciones católicas, y notablemente en los enlaces matrimoniales.

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Las cifras son concretas. En Mallorca cada vez hay menos bodas por el rito católico, un menor porcentaje de nacidos que son bautizados y menos primeras comuniones y confirmaciones. La estadística de la Isla señala en el caso de los matrimonios que se celebraron en 2013 doscientos menos que en 2011, y en el mismo periodo pasaron por la pila bautismal casi un millar menos de personas. Coinciden con el resumen de las otras 68 diócesis españolas que hace público cada año la Conferencia Episcopal.

Actividad

En la terminología de estadísticas de la Iglesia, se denomina ‘actividad celebrativa’ a la que incluye, en orden vital, bautizos, comuniones, confirmaciones, bodas y exequias –funerales–, aunque en este último caso no son fáciles los registros al tratarse de ceremonias que pueden ser inmediatas a los fallecimientos o citas de aniversarios. El caso de las celebraciones matrimoniales por el rito católico es el más relevante en la estadística en cuanto al descenso porcentual mantenido en los últimos años en Mallorca, en tanto que ha pasado de una cuarta parte del total de los enlaces a poco más de la sexta de los registrados.

Aunque maneja datos más esperanzadores en la relación de habitantes y celebraciones, la jerarquía católica reconoce que lleva años tomando nota de la creciente caída de fieles que abordan los ritos.

«De forma paulatina y en ocasiones preocupante, la sociedad española vive un claro proceso de secularización» –se escribió no hace mucho en la revista Ecclesia, de la Conferencia Episcopal– y el fenómeno es amplio, sobre todo, en las generaciones jóvenes», se puntualiza.