Alrededor de 120 sacerdotes llenaron hace diez días la basílica del santuario de Lluc con motivo de la celebración de la fiesta de Jesucrist Gran Sacerdot. | Antoni Pol - Antoni Pol

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El obispo de Mallorca, Javier Salinas, ha enviado recientemente a los sacerdotes de la Isla una propuesta para reestructurar la organización territorial de la Diócesis. Dicha propuesta parte de la falta de vocaciones y el progresivo envejecimiento de los sacerdotes –la edad del clero mallorquín ronda de media los 70 años–, por un lado, pero también busca «favorecer la misión evangelizadora» al tiempo que plantea otros cambios, como otorgar un mayor protagonismo a los seglares.

En cuanto a la disposición territorial, el documento plantea agrupar parroquias bajo un mismo rector. Esto ya se hizo anteriormente; ahora se agruparían aún más. Por ejemplo: las parroquias de Santa Margalida, Muro y sa Pobla, que en la actualidad disponen de un rector cada una, pasarían a disponer de uno para todas. Otro ejemplo: las parroquias palmesanas de Santa Creu, Santa Eulàlia, Sant Nicolau, Sant Jaume y Sant Miquel estarían lideradas por un único rector.

Que se contemple un solo rector no significa que las unidades sean atendidas por un solo presbítero, sino que lo serían por un «equipo pastoral» que lideraría un rector y que también incluiría a otros sacerdotes (vicarios), diáconos y otros religiosos y laicos. En este sentido, una de las novedades es el mayor protagonismo que obtendrían los seglares.

Parroquias centrales

Las agrupaciones tendrían una o dos parroquias centrales o de referencia. Por ejemplo: Montuïri y Porreres serían, ambas, parroquias de referencia en una de las dos agrupaciones del Pla, igual que Binissalem y Santa Maria en la agrupación del Raiguer. Esas parroquias, en las que residirían el rector y demás presbíteros, se erigirían en «centro-foco pastoral» y concentrarían los servicios, la oficina parroquial, etcétera. El documento pone énfasis en que la reestructuración ha de «favorecer la misión evangelizadora», por lo que pide un «cambio de mentalidad pastoral» a los sacerdotes que, además de otros aspectos que se derivan de la nueva organización, valore «la centralidad del Día del Señor y de la Eucaristía como ejes fundamentales de la vía cristiana». Es decir, se busca repartir más efecientemente las misas por el territorio.

Se trata de una propuesta de reestructuración territorial de la Diócesis de envegadura. El obispo pretende que ahora se debata y se perfeccione.