Palma local ple al parlament foto miquel a. Cañellas | Miquel A, Canellas

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El Partido Popular votó ayer en contra de una serie de enmiendas que había presentado a una moción del PSIB sobre el aborto -y que el partido socialista estaba dispuesto a aceptar- horas después de que el llamado Instituto de Política Familiar, una asociación marcadamente antiabortista y que asesora al PP en proyectos relativos a la familia, hubiera hecho público un comunicado con la «exigencia» de «retirada inmediata de las enmiendas que van en contra del programa actual del PP».

La diputada 'popular' que defendió las enmiendas (Cati Palau, que compareció en la Cámara con un ordenador que lucía una pegatina con el lema 'No existe el derecho a matar. Derecho a Vivir') no aludió expresamente al comunicado pero durante su intervención utilizó parte de su argumentario.

La diputada 'popular' se escudó en una cuestión formal: propuso al PSIB que añadiera a cada una de sus enmiendas una coletilla en la que quedara claro que todas sus enmiendas se hacían en el marco de la normativa vigente pero (y esa era la clave) mientras se tramitaba la nueva ley.

Los puntos en los que el PSIB había aceptado las enmiendas populares y que finalmente fueron rechazadas por el propio PP constataban que el aborto ha de ser libre y gratuito, que las mujeres tienen derecho a decidir sobre su embarazo y que el Govern debe velar por su ejercicio.

Tensión y una foto

El objetivo de la moción socialista, que defendió Vicenç Thomàs, era defender el derecho al aborto y solicitar la retirada del proyecto de ley de Gallardón. Aunque la retirada nunca iba a ser apoyada por el PP, este partido sí aceptaba puntos que los antiabortistas interpretaban como un apoyo explícito a la ley del aborto de Zapatero, que todavía está vigente. De hecho, también Thomàs señaló las coincidencias del PP con su partido.

El tono de la diputada encargada de defender las enmiendas no dio a entender, sin embargo, esa proximidad. Lo primero que hizo Palau fue reprochar a Vicenç su tono. Y es que el socialista había asegurado que «la derecha nunca ha hecho nada por las mujeres» y que lo mejor que podía hacer el PP era «dejarlas tranquilas».

El debate fue tenso pero lo que generó una gran polémica fue un tuit que el diputado Antoni Camps (PP) difundió cuando aún duraba la sesión. Mostraba a un bebé troceado y el mensaje «algunos siguen defendiendo en el Parlament esta barbaridad». Camps ya ha protagonizado varias polémicas.