El obispo muestra la imagen que se tomó junto al Papa durante su visita a El vaticano. | Joan Torres

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El obispo de Mallorca, Javier Salinas, ha asegurado que la interrupción, el pasado 9 de febrero, de una misa en la iglesia de Sant Miquel por parte de un grupo proabortista «es un hecho lamentable» y supone «el deterioro de la convivencia democrática».

Salinas ha realizado estas declaraciones al ser consultado sobre este asunto en una rueda de prensa para hacer balance de su encuentro con el papa Francisco en el Vaticano y presentar la primera carta pastoral «Caminamos por una iglesia en salida».

«Lo que pasó no fue muy amable, hemos reaccionado como cualquier otro ciudadano. A partir de esta situación estamos abiertos a todo tipo de propuesta, lo que sea más justo y adecuado. Nosotros no juzgamos, es el juez», ha señalado Salinas en alusión a los hechos de Sant Miquel, por los que han sido detenidas cinco personas.

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El obispo ha incidido en que si finalmente los hechos supondrán una condena para los involucrados, la iglesia de Mallorca estará abierta a hablar, «sin negar la verdad y la dificultad que ha creado».

Denuncia

El Obispado de Mallorca denunció la interrupción de la misa dominical en Sant Miquel por un grupo que profería gritos contra la reforma de la Ley del Aborto, por considerar que estos hechos podrían constituir un delito contra la libertad religiosa y de culto.

Según reivindicó una organización denominada Antipatriarcals Mallorca, que difundió un vídeo de la acción, una treintena de jóvenes contrarios a la reforma de la Ley del Aborto que promueve el Gobierno irrumpió con una pancarta en el templo gritando las consignas «Aborto libre y gratuito» y «Fuera los rosarios de nuestros ovarios».