Muchos de los coches de segunda mano que se venden en las islas han sido antes vehículos de alquiler. | Jaume Morey

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La entrada en vigor del nuevo sistema para calcular el impuesto por la compra de un coche de segunda mano ha provocado tanta indignación entre los contribuyentes que el Govern ha anunciado que realizará una campaña divulgativa para informar de los cambios.

El monumental enfado responde a que los cambios han provocado un aumento casi generalizado en la tributación, a pesar de que fuentes del Govern aseguran que no apenas ha tenido consecuencias.

Diez años

Por ejemplo, los coches de más de 10 años de antigüedad, que hasta ahora estaban exentos en su mayoría, son desde el 1 de enero los que más pagan ya que la nueva tributación penaliza los coches más viejos. Fuentes de la Conselleria d’Hisenda señalan que se busca aplicar una normativa europea para que paguen más los coches más contaminantes, que emiten mayor cantidad de CO2 y que habitualmente son más viejos.

Las mismas fuentes señalaron que la edad media a la que se vende un vehículo de segunda mano es de 7,5 años. En este tramo de edad, entre siete y diez años de antigüedad, pagan lo mismo que hasta ahora, según estas fuentes. Los vehículos de menos de 7 años pagarán menos con esta nueva fiscalidad, pero los de más de diez años y que además contaminan mucho son los que más impuestos pagarán.

El impuesto oneroso por la transmisión de vehículos de segunda mano era uno de los tipos de impuesto de transmisiones patrimoniales que aplica el Govern y hasta ahora era lineal.

Los cambios

Todos los coches de segunda mano que se ponían a la venta pagaban un porcentaje en función del valor del vehículo. Ahora pagarán en función de las emisiones de CO2 y del cubicaje.

En el Govern aseguran que las previsiones de recaudación por este impuesto son las mismas ya que el aumento en el tipo impositivo para los vehículos de más antigüedad se compensa con la reducción en la tributación de los coches de segunda mano con menos años.