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Desempleados de larga duración, ancianos y mujeres solas con niños a su cargo... Son algunos de los nuevos rostros de la pobreza, cada vez más heterogénea en Mallorca. Creu Roja alerta además sobre el desolador panorama que está dejando la crisis financiera en la sociedad: «El grupo de personas que vive en la calle de forma habitual se cronifica».

Marga Plaza, coordinadora de la Unitat de Emergència Social (UES) de Creu Roja, afirmó que en los tres primeros trimestres de este año, el número de ‘sin techo’ que duerme en la calle de forma permanente ascendía ya a 323 personas. «Una cifra que supera la de 2012».

El año pasado la organización atendió a un total de 1.036 personas, de las cuales 280 pernoctaban de forma ‘permanente’ en la calle.

Nuevos pobres

Carmen Muñoz, directora de Xarxa per a la Inclusió Social EAPN, destacó como elementos importantes en el análisis de las personas que durante 2013 han recurrido a algún tipo de ayuda social, «el concepto de pobre laboral, así como el de pobreza infantil», datos que según el INE afectan en las Islas al 24,2 % de la población.

«Habrá que estar muy pendiente de los contratos a tiempo parcial, conocidos como ‘minijobs’. Un concepto en el mercado laboral algo más implantado en Holanda y Alemania, y cuyos efectos en la economía de los hogares mallorquines habrá que evaluar de forma detenida», destacó Carmen.

Entre los diferentes colectivos que sufren exclusión social, uno de los más visibles es el de las personas que piden limosna en la calle. No hay ningún registro que permita contrastar lo que parece evidente; y es que su presencia cada día es mayor.

«Hay registro de algunos grupos que sí piden limosna encubierta, es decir, los ‘gorrillas’, pero en conjunto no hay un seguimiento de todas las personas que pueden estar en la calle», comentó el portavoz de la Policía local, Ángel García.

Mutismo

¿Cuántos son y qué perfil muestran los mendigos de Palma? A esta pregunta, la respuesta es de enorme opacidad. Son las historias de quienes se mantienen fuera de las redes de apoyo que brindan instituciones como Cáritas, Creu Roja, Institut Mallorquí d’Afers Socials (IMAS) y los servicios municipales de atención primaria, entre muchos otros. Desde estas instituciones reconocen que los mendigos se mantienen fuera de su alcance y, por tanto, no hay estudios ni seguimiento sobre su dinámica a lo largo de la crisis. Pero su presencia va más allá de supermercados y las entradas de las iglesias.

Ayer una mujer permanecía sentada en el suelo, justo detrás de las marquesinas donde está la parada del autobús en Plaça d’Espanya. Dijo a este periódico que era de Rumanía y que «no hablaba español». Exactamente igual se expresaba otra mujer, pero de más edad. No hablaban, no se comunicaban pero compartían un sentimiento de enorme tristeza.