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Cada vez son más jóvenes las personas, especialmente las mujeres, con graves problemas de adaptación social -y no el menor de ellos sus embarazos a edad temprana-, según constatan las religiosas Adoratrices. Para celebrar los cien años de su presencia en Mallorca, la congregación ha organizado hoy en el edificio Sa Riera una jornada de formación abierta a todos los interesados en la exclusión social femenina.

En una de sus cinco casas casas de acogida, en el palmesano barrio del Amanecer, tres de las hernamas de la congregación, la rectora, Juana López y las hermanas Pilar Pérez y Ana Fons, explican que las muchachas a las que acogen les son remitidas por el Institut Mallorquí d'Afers Social (IMAS), «y en la mayoría de los casos llegan padeciendo una problemática derivada de la situación familiar en la que se han criado».

Autoestima

Las Adoratrices han cohesionado su trabajo social en Mallorca -donde se asentaron en 1913- a través de la Fundación Solidaridad Amaranta. Según su rectora, la hermana Juana López, «se trata en general de muchachas que habitan en la Isla y provienen de familias desestructuradas, siendo nuestra principal misión con ellas que obtengan la autoestima que les falta y se sientan protagonistas de sus propias vidas».

Siguiendo el postulado de su fundadora, elevada a los altares como Santa María Micaela, las Adoratrices basan su trabajo con mujeres jóvenes «en la pedagogía del amor, que es el respeto, la acogida incondicional y la vida en común con ellas como si fuera tu propia familia», según explica Juana López.

En su jornada de formación de hoy partciparán la provincial española de las Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, María Elisa Altadill, y la directora de la Fundación de Solidaridad Amaranta, Pilar Casas.