El grupo turístico Orizonia debe más dinero a sus acreedores de lo que se creía cuando el pasado mes de marzo presentó un concurso voluntario de acreedores en los juzgados de Palma junto a otras veinte sociedades. | Michel's

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El grupo turístico Orizonia debe más dinero a sus acreedores de lo que se creía cuando el pasado mes de marzo presentó un concurso voluntario de acreedores en los juzgados de Palma junto a otras veinte sociedades.

Entonces, sus gestores cifraron la deuda acumulada en 700 millones de euros, pero ayer, un informe presentado ante el juez Víctor Fernández por los administradores concursales elevó esa cantidad a más de mil millones de euros.

El único dato que sigue inamovible después de que el economista Raimón Casanellas y el representante de los acreedores, Luis Pérez escrutaran durante meses los números del grupo turístico con sede en el Parc Bit de Palma, es el activo: 50 millones de euros, estructurados en créditos por cobrar y participaciones en sus filiales.

El tremendo desfase entre lo que Orizonia debe y lo que tiene en caja para hacer frente a la deuda aboca al ‘holding’ a su liquidación, según las fuentes consultadas por este diario.

En ese contexto, destacan los 20.000 créditos -reclamaciones de dinero- impagados a cientos de acreedores, principalmente entidades bancarias, grupos hoteleros, agencias de viaje, la Agencia Tributaria y a más de 4.000 trabajadores.

Concurso

En los juzgados de Palma solo se ha presentado un concurso voluntario con cifras similares a la de Orizonia, y fue el que instó en julio de 2008 el propietario del Grup Drac, Vicenç Grande. El pasivo era muy similar, pero el promotor disponía de activos suficientes para aprobar los convenios planteados a sus acreedores.

Eso no ocurrirá con Orizonia, que liquidará sus bienes con el objetivo de hacer frente a las deudas con acreedores privilegiados, entre ellos trabajadores y Hacienda.

Los representantes del grupo Orizonia presentaron la solicitud de concurso de acreedores en marzo de este año, doce días después de anunciar un expediente de regulación de empleo (ERE), que afectó a 2.347 trabajadores. El ‘holding’ turístico facturaba en el momento de su cierre 2.500 millones de euros, contaba con más de 5.000 empleados y ocho millones de clientes. Era una empresa rentable, pero la crisis económica y la consiguiente retirada de poderosos inversores, entre ellos el fondo estadounidense Carlyle, que controlaba el 65 por ciento del capital social de Oriziona, aceleraron su caída. La deuda financiera era en 2008 de 574,8 millones, mientras que la correspondiente a crédito comercial alcanzaba los 69,2 millones. A la lista cabe añadir 79 millones más contraídos con empresas del mismo grupo. El concurso elevó esa cantidad total al contemplar las minusvalías generadas por la pérdida de valor de los activos, según fuentes del sector financiero.

El informe que los administradores concursales entregaron ayer al juez ha quedado a disposición de los acreedores para que conozcan el importe de sus créditos y planteen impugnaciones, si proceden.