El número de escalas de cruceros en el Port de Palma acumula ya un alza del 12 % este año. | Gabriel Alomar

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Las navieras de cruceros entienden la sensibilidad de la Reina en relación con el aprovechamiento de la comida que sobra en los cruceros para dársela al Banc d'Aliments, con el fin de que sea repartida entre los más necesitados.

Pedro Iriondo, responsable de Viajes Kontiki, agencia que se encarga en el Port de Palma de los servicios de escala del crucero Aida, puntualizaba ayer: «Entendemos la preocupación de la Reina, pero tal y como funciona la operativa logística de los cruceros, es muy complicado poder canalizar los productos de alimentación que sobran en comidas o cenas, ya que se rompe la cadena de frío, lo cual imposibilita su traslado con los requisitos sanitarios que se exigen. Es por ello, que se tira la comida que sobra».

Iriondo añade, además, que en la actual coyuntura económica «las navieras tienen estudiado a la perfección cuánta comida necesitan cada día, por lo que se aprovecha al máximo en la elaboración de comidas o cenas, de ahí que no es que sobre mucho».

Navieras

Representantes de otras navieras de cruceros que operan en el Port de Palma coinciden en las mismas aclaraciones que Iriondo. «Las navieras repostan en sus puertos base de todo tipo de alimentos y tienen perfectamente calculado el consumo diario en alimentación, por lo que muy raramente sobra mucha comida».

Desde la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca, respecto al aprovechamiento de los productos de alimentación que sobran cada día en los buffets de las comidas y cenas, puntualizan que «se hace lo que se puede de forma puntual con Cáritas, pero la normativa sanitaria vigente es muy rigurosa para evitar intoxicaciones alimentarias, principalmente porque se rompe la cadena de frío y no se garantiza la seguridad en la calidad de los alimentos. Es por ello, que se tiene especial cuidado en este aspecto», explicaba ayer la gerente de la patronal hotelera de Mallorca, Inmaculada de Benito.