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«Que devuelvan lo que han robado» es una especie de mantra ciudadano a la hora de hablar de casos de corrupción. Si bien recuperar la totalidad del dinero defraudado es en ocasiones complejo, sí que un buen puñado de exaltos cargos y empresarios inmersos en casos de corrupción -la mayoría condenados- han entregado parte de esa cantidad.

La consignación de cualquier cantidad antes del inicio del juicio oral puede conseguir para el encausado un atenuante por reparación del daño, mayor en función del esfuerzo que tenga que hacer para afrontar ese pago. El récord de apurar al inicio del juicio lo tiene el exvicepresidente del CDEIB, Kurt Viaene, cuya confesión doce minutos antes de que comenzara la vista estuvo acompañada del pago de 15.000 euros. Viaene ya tenía una fianza constituida por el mismo delito y logró un dos atenuantes en la sentencia que antes le habían sido reconocidos por la Fiscalía.

Sin embargo, la cantidad más elevada que ha entregado antes del juicio un imputado corresponde a los 570.000 euros que, de forma conjunta, consignaron la exgerente del CDEIB, Antónia Ordinas y su pareja, Isabel Rosselló. La cantidad no cubre ni de lejos el total de lo defraudado, si bien es cierto que ambas quedaron prácticamente en la ruina. El pago y la confesión, con todo, no libraron a Ordinas de ingresar en prisión, pero su pena es de tres años y ocho meses, una cuarta parte de la del exconseller Josep Juan Cardona.

Las causas que han llevado a Miquel Nadal, Francesc Buils y Bartomeu Vicens a la cárcel por pagos de contratos menores a personas afines, han tenido también en común que los beneficiarios de esos fondos devolvieron cantidades de entre 12.000 y 15.000 euros. Las penas de todos ellos rondaron el año de prisión y fueron suspendidas. Una cantidad similar también entregó el que fuera gerente del Palma Arena, Jorge Moisés, en la única condena por el momento referida a las obras del velódromo.

Después de las cantidades entregadas por Ordinas, entre las más altas están los 230.000 euros que en total consignó Martina Gelabert, la recaudadora de Sineu. En total había defraudado 800.000 euros, si bien otra parte importante del dinero la devolvieron los bancos.

En el ‘caso Bitel’, uno de los principales beneficiarios de los fondos defraudados por el presidente Damià Vidal, el empresario Sebastià Romaguera, consignó alrededor de 160.000 euros. La misma cantidad fue la que aportó Bartomeu Vicens dos semanas antes del inicio del juicio de ‘Can Domenge’. Con todo, no ha tenido ningún atenuante de reparación del daño en esta causa, ya que el dinero corresponde al soborno cobrado por la venta del solar. El empresario beneficiario, Román Sanahuja pactó con el Consell el pago de tres millones durante el juicio y tampoco obtuvo ese atenuante de reparación del daño.