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Cada miércoles, a partir de las 8 de la mañana, la entrada al local de Mallorca sense fam se ve 'colapsada' por una larga cola de personas provistas de carritos de la compra; esperan su turno para poder recoger una bolsa con comida que, para muchos de ellos, se ha convertido en la única manera de tener algo en la despensa para llegar a final de mes. Esta asociación, que nació en 2009, se ha convertido en el principal apoyo de gente que ya no cuenta con ningún tipo de prestación social o, si la tienen, no les da para cubrir todos los gastos. «El perfil de usuarios es muy diverso: hay muchos inmigrantes, pero cada vez vienen más mallorquines a los que los números no les cuadran», señala Onofre Roselló, presidente de esta asociación.

Ayuda desinteresada

45 voluntarios son los encargados de formar un 'circuito' en el que se reparten alimentos no perecederos, como pasta y arroz, que envía el Banco de Alimentos y la Unión Europea, así como productos frescos -fruta, verdura, carne o pescado- proveniente de particulares, empresas o grandes superficies, que donan sus excedentes a asociaciones como ésta. «Panaderías, agricultores, colegios, amigos... aquí nos movemos todos para que haya cuanto más producto fresco, mejor», explica Onofre, empresario retirado, que utiliza todo su tiempo en sacar adelante esta asociación, junto a otros 10 miembros, que están en la junta directiva.

La labor de Mallorca sense fam , como la de tantas otras, se ha convertido en la actualidad casi en indispensable ante la solicitud de ayuda que las instituciones no son capaces de canalizar. En 2011 repartieron 111.857 kilos de comida, mientras que el pasado año aumentó hasta algo más de 132.000 kilos y este año «serán más», señalan desde la organización.

Historias

Así, Mallorca sense fam ofrece bolsas mensuales de comida a 596 familias de la Isla, pero también dependen de la asociación otras 198 familias por mediación de 7 parroquias y 3 centros asistenciales, que reciben comida quincenalmente. En total, 3.176 personas llenan sus neveras gracias a ellos; una labor, sin duda, muy importante porque, alertan desde Mallorca sense fam , el número de peticiones de ayuda no para de crecer, especialmente estos seis primeros meses del año hasta un límite -aseguran- «preocupante».