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El Ajuntament de Palma pretende llevar al ánimo de la ciudadanía que en materia de ruidos molestos para la convivencia no habrá impunidad por su origen, humano o animal. «En la futura ordenanza sobre ruido y vibraciones la cuestión será identidicar y proceder contra la fuente», señaló ayer el concejal y portavoz Julio Martínez, al término de la junta de gobierno de Cort que aprobó el texto inicial de la futura normativa.

Según Martínez, el equipo municipal de gobierno considera que «el ruido es ruido y punto, con independencia de cuál sea su fuente, de manera que no tiene que haber distinción sobre si se trata de un equipo de música o un perro ladrando de madrugada».

Aunque el horizonte de aprobación definitiva de la nueva ordenanza está previsto para final de año –una vez elevadaa provisional se abrirá un plazo de 60 días para alegaciones–, Martínez quiso dejar claro que «la nueva normativa no será permisiva», y que «el necesario equilibrio entre las actividades económicas y el descanso de los ciudadanos presidirá la normativa de Palma, en consonancia con la autonómica y la nacional».

En esta cruzada contra el ruido en las horas de descanso nocturno, la mayoría gobernante en Cort reconoce que se tratará inicialmente de que «nadie pueda pensar que sus conductas, en el caso de que sean manifiestamente molestas para los demás, puedan quedar impunes».

A ese respecto, y aunque faltan meses para ratificar legalmente la norma, Julio Martínez anunció que la Policía Local de Palma «contará con medios específicos para comprobar si una denuncia es comprobable en el nivel de ruido indeseable», y sin avanzar detalles concretos sobre la actuación que podrán llevar a cabo los funcionarios señaló que «tendrán también la posibilidad de inmovilizar ‘in situ’ las fuentes del ruido en casos de falta grave o muy grave».

No existe por el momento una previsión de cuántos funcionarios municipales y con qué equipamiento serán destinados a verificar las denuncias ciudadanas por ruido, que desde hace años se constatan en millares cada anualidad.

La futura normativa sobre convivencia en Palma está referida, al menos de momento, a los ruidos producidos en domicilios, mientras los derivados del tráfico rodado, como las motocicletas sin silenciador y con el conocido como «escape libre» seguirán en referencia a la ordenanza general de circulación.