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El conseller de Hacienda y Presupuestos, José Vicente Marí, ha defendido hoy en Madrid ante el Gobierno central y el resto de comunidades autónomas un déficit en 2013 «individualizado» para cada territorio y, en el caso de Baleares, un máximo del 1,8 %.

El Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) celebrado hoy en Madrid ha elevado una décima el objetivo de déficit para el conjunto de las autonomías hasta el 1,3 % del PIB en 2013.

El conseller ha advertido a Efe de que un mayor déficit significa un mayor endeudamiento y, por lo tanto, «no es una alegría». Así lo ha manifestado el titular de Hacienda en este encuentro presidido por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

Baleares, y así lo ha expresado a sus colegas Marí, necesita un nuevo sistema de financiación, pero mientras que se revisa el actual el Govern «acepta» que se fije un tope de déficit con dos consideraciones.

La primera es que el techo de déficit del próximo año sea particular para cada comunidad según sus necesidades, «realidades» y el esfuerzo de contención del gasto realizado en 2012.

En segundo término, que el objetivo para cada territorio no supere en 2013 el déficit con el que cerró 2012, que en el caso de Baleares fue del 1,8 %.

Marí ha insistido en la necesidad de que las comunidades «ajusten» sus gastos a los ingresos que tienen y aumenten sus ingresos, que en el caso de Baleares debe ser por una mejora del sistema de financiación. Al mismo tiempo, ha insistido, es necesario ir reduciendo la deuda pública año a año.

En julio se celebrará otra reunión del CPFF en el que se concretará el déficit para cada comunidad autónoma, que en su conjunto deberá ser del 1,3 %.

Durante estas semanas, los gobiernos balear y central irán negociando el déficit que se fijará finalmente.

Las Islas Baleares cerraron 2012 con un déficit del 1,8 % del Producto Interior Bruto (PIB), tres décimas más del 1,5 % fijado por Madrid. La media del déficit de las comunidades autónomas del año pasado fue del 1,7 %.

Los datos logrados por Baleares en 2012 son sustancialmente mejores que los de 2011, cuando el déficit se disparó al 4 %.