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Desde ayer crece en los jardines de Rectorado de la UIB un ametller en memoria de Montserrat Casas, la única mujer que ha dirigido la Universitat balear y cuyo legado ya es patrimonio de toda la comunidad universitaria.

La UIB prometió un homenaje a la rectora fallecida el pasado 30 de marzo y ayer fue el día en que se desarrolló, en un sencillo pero cálido acto académico, al que asistió el marido de Casas, Carles Bona. Tras la siembra del árbol, los asistentes se dieron cita en el edificio Jovellanos para honrar su memoria, donde intervinieron, en primer lugar, dos ex alumnos de la rectora, Laura Ferrer y Antoni Borràs, con la que terminaron colaborando en el Laboratori de Radioactividad Ambiental. Ambos compartieron con los asistentes su admiración por Casas.

El siguiente en intervenir fue Martí March, catedrático de Teoria i Història de l'Educació y ex vicerector Primer de Planificació i Coordinació Universitària de la UIB, quien recordó los muchos años que pasó junto a la rectora, con la que se compartió candidatura conjunta en las elecciones de 2007. «Era incansable, una autentica servidora pública. Su pasión, inteligencia y esfuerzo eran ilimitados», admiró March, quien además puso la nota crítica del homenaje al enfatizar que la rectora «luchó porque la UIB tuviera cada vez más reconocimiento ante la incomprensión y la falta de colaboración de los responsables políticos».

Pero, sin duda, las intervenciones más emotivas partieron de Esther Giménez-Salinas, ex rectora de la Universitat Ramon Llull, y Ángel Gabilondo, ex ministro de Educación y ex presidente de la Conferecia de Rectores (CRUE), ambos amigos de Casas. Gabilondo la definió como «un alma noble y limpia», «una persona entrañable», «un ser de referencia» que «nos falta y aún así todavía nos enseña». Ambos se conocieron trabajando en la CRUE y recordó que «ella siempre tuvo la certeza de que Balears sería lo que fuera su universidad» y que «siempre deseaba haber hecho más». «Era el vivo ejemplo de que no es preciso ser ostentoso para ser llamativo -aseguró-, porque eso es lo que era ella, llamativa y aún hoy nos llama y nos convoca a seguir trabajando por lo que tanto luchó».

La ex rectora de la Universitat Ramon Llull se dirigió a ella de forma muy emocionada y destacó su optimismo y el amor que sentía por la Universitat balear.

La Coral Universitaria cerró el acto, al que también asistió el rector electo, Llorenç Huguet, y ex rectores.