La campaña. La campaña electoral la diseña cada candidatura y para ello cada aspirante puede reclamar a la Comisión Electoral una subvención para los gastos que se deriven de la misma, por una suma máxima de 2.000 euros. Junto al apoyo económico, la normativa electoral contempla otros posibles recursos, como la cesión de espacio en la página web de la Universitat o el apoyo administrativo.
El censo. A los comicios de este año, que como se recordará se han tenido que adelantar dos años por el fallecimiento de la rectora Montserrat Casas, están llamados a las urnas todos los miembros de la comunidad universitaria, es decir, un total de 529 proferores doctores con vinculación permanente a la universidad (el denominado sector a), 894 personas englobadas en el denominado sector b, que es el resto del personal docente e investigador (no funcionarios); 14.203 alumnos (sector c) y 563 personas de administración y servicios (sector d).
El voto ponderado. Desde el año 2003 las elecciones al Rectorado se celebran por sufragio universal y ponderado –hasta entonces sólo votoban los miembros del Claustro–, aunque no todos los votos valen mismo. Por ley, el peso del voto de los profesores doctores no puede ser menor del 51 %, porcentaje que se decidió mantener en su día cuando entró en vigor el voto ponderado. Así, el reparto final queda así: un 25 % para los estudiantes, el 12 % para el personal de administración y servicios y del 63 % restante el 51 % es para los doctores y el 12 % para el resto del personal docente e investigador
1ª y 2ª vuelta. La normativa electoral contempla una segunda vuelta si ninguno de los candidatos logra más de la mitad de los votos, algo que no ocurrirá si hay sólo dos candidatos.
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democracia: En la UIB si todo el personal de los sectores b-c-d votan al candidato X y solo hay un voto del sector a vota al candidato Y (nadie mas de sector a vota), el nuevo rector es Y, con UN SOLO VOTO. Esto es democracia