Escultura de Joaquim Rosselló i Ferrà en Lluc.

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El papa Francisco firmó ayer la promulgación del decreto, entre otros, de las «virtudes heroicas», primer paso hacia la santidad, del siervo de Dios, el sacerdote mallorquín Joaquín Rosselló i Ferrà, informó hoy la sala de prensa del Vaticano.

El Papa recibió ayer en audiencia privada a monseñor Angelo Amato, prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, y autorizó además a promulgar los decretos sobre el milagro atribuido a María Cristina di Saboya, Reina de las Dos Sicilias (1812-1836) y a María Bolognesi (1924-1980) y las «virtudes heroicas» sierva de Dios, la polaca Maria Teresa di San Giuseppe (1885-1946).

Rosselló i Ferrà nació en Palma en 1833. Estudió en el seminario de Mallorca y fue ordenado sacerdote en 1858.

Ingresó en el oratorio en San Felipe Neri (1864) y en 1890 se retiró a hacer una vida de contemplación a la ermita de Sant Honorat, en la montaña de Randa.

La ermita se convirtió en una casa de retiro para hacer los ejercicios espirituales, formando una pequeña comunidad de religiosos alrededor de la figura de Rosselló.

El 17 de agosto de 1890 fundó la Congregación de los Sagrados Corazones de Jesús y María y al año siguiente le fue confiado el santuario de Lluc, donde instaló su nueva congregación y como prior del santuario lo modernizó y lo reformó.

Vivió allí hasta fines de 1906. Poco después fue trasladado a vivir al monasterio de la Real, antigua abadía de los cistercienses abandonada y murió en 1909.