Imagen de la Diada de la EcoXarxa, ayer en el plaza de los Patines de Palma. | Teresa Ayuga

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Una economía alternativa es posible. Al menos a pequeña escala, como la que se practica en la EcoXarxa Mallorca, una red de intercambios de bienes, servicios y conocimientos basada en la confianza, la reciprocidad, la solidaridad, la cooperación y la ecología. Esta red mallorquina se creó a imagen y semejanza del modelo de las ecoxarxes desarrollado en Catalunya desde el año 2009, donde ya existen quince, organizadas a partir de dos ejes básicos: el virtual (mediante el CES) y el presencial (a través de asambleas, ferias, etc).

Sin el euro

Una de las principales novedades que aporta una ecoxarxa es la posibilidad de cubrir necesidades básicas sin necesidad de utilizar el euro, y para ello se ha creado una moneda social, en este caso denominada ‘talent’, que es la que se hace valer en los intercambio de bienes y servicios. En este sistema de comercio, tan viejo y novedoso al mismo tiempo, pues va más allá del simple trueque, el valor de la moneda lo marcan los usuarios y no es posible especular con ella. En la moneda social, por tanto, el componente ético siempre prima sobre el comercial.

Monedas sociales existen ya en muchos países del mundo, en general ligadas a colectivos de intercambio. Su creación, como cualquiera puede intuir, ha sido una consecuencia de la crisis económica, del paro y del bloqueo de la moneda oficial por parte de los bancos. De esta manera cualquier persona, partiendo de cero, puede obtener un producto o servicio a cuenta de horas de trabajo o productos que suministrará en el futuro.

La EcoXarxa Mallorca inauguró hace unos días su local en Palma y ayer celebra la Diada de la EcoXarxa en la plaza de los Patines.