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«También quiero salvar al avión. Me siento como un piloto que tiene que aterrizar un avión pero que es consciente que lleva una bomba dentro».

Así define Vicente Enguídanos, director del Centre Balears Europa (CBE), la situación actual. En estos momentos, el Govern está valorando la continuidad de centro. El cierre está sobre la mesa pero no hay una decisión en firme.

Lo que ya está decidido es que el Ejecutivo dejará a partir de enero la oficina de representación en Bruselas, una especie de 'embajada' balear en Europa.

Es consecuencia de los recortes y la política de ajustes. La 'embajada' balear, si prospera el acuerdo utilizará, junta a otras comunidades, dependencias del Ministerio de Exteriores.

El futuro del CBE, cuyas competencias ya se redefinieron con la llegada del PP, se decidirá en cuestión de semanas o, a lo sumo, un par de meses. Una de las primeras decisiones del Govern fue poner el Centre Balears Europa bajo la dependencia funcional de la Conselleria de Presidència, de quien depende la Direcció General d'Acció Exterior, que gestiona Carmen Lliteras.

Cuatro despidos

Los sindicatos han hecho llegar la voz de alarma. Una representación sindical se reunió ayer con Enguídanos para analizar la situación y para anunciar su disconformidad con el fallo de una sentencia que da la razón al CBE tras el despido del coordinador del centro en Bruselas, Alejandro Pedro Valdivia.

Valdivia es uno de los despedidos del centro. Ya se han producido cuatro desde 2011. Según el centro se trata de una amortización de plaza, pero el demandante entiende que no ya que un cargo político ocupa su puesto con rango de subdirector.

Es una de las muchas sentencias relacionadas con los despidos del Govern en consorcios y empresas públicas. Según el auto judicial, la plaza que ocupa el subdirector, Javier Aguiló Serra, no es la misma. El CBE le paga un plus mensual de residencia.

El director del CBE insiste en que el despido fue correcto.

En algo coinciden la representación sindical y la dirección del CBE: que los recortes afectan a todos los sectores.

«Yo no puedo asegurar que el centro vaya a continuar ni que vaya a cerrar. Pero defiendo su continuidad», dice Enguídanos.

Una veintena de personas, entre las que se incluyen 3 directivos, forman la plantilla del CBE. Uno de los empleados, sin rango de dirección, es el expresident balear Cristòfol Soler.