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La Catedral de Mallorca acogió ayer el multitudinario funeral por la rectora de la UIB, Montserrat Casas, fallecida el pasado 30 de marzo en Barcelona, a los 57 años. La misa exequial fue concelebrada por varios sacerdotes y presidida por el obispo de Mallorca, Javier Salinas, quien durante la homilía se refirió a la doctora como una «luchadora constante», destacó su «trabajo generoso en favor de la Universitat» y su «voluntad de servicio al conjunto de la sociedad».

El funeral no estuvo exento de reivindicación, la de una cultura y una lengua que siempre amó la doctora Casas y que se evidenció en la interpretación, a petición de la difunta, del Virolai, himno de la Mare de Déu de Montserrat, que en palabras del obispo es «memoria viva de sus raíces culturales». También Gabriel Seguí, de los Sagrats Cors y amigo de la familia, dijo en su sentido parlamento, finalizada la misa, que «cantar hoy el Virolai es recordar su fuerte compromiso con la lengua y la cultura de nuestra tierra». Por su parte, los miembros de la Coral de la Universitat de les Illes Balears -dirigida por Joan Company y acompañada al órgano por Arnau Reynés- llevaban el lazo cuatribarrado en la solapa de sus trajes.

Cerca de un millar de personas quiso acompañar a la familia en la despedida de la que fue la primera mujer que dirigió la Universitat. Su marido, Carles Bona, su único hijo, Carles, y su hermano, con su mujer y su hija, recibieron el pésame junto a las autoridades universitarias. Asisitieron las primeras autoridades, así como numerosos rectores de otras muchas universidades y el director general del Ministerio de Educación. La ceremonia concluyó con la interpretación del Gaudeamus igitur , el himno universitario.