La reina doña Sofía, los príncipes de Asturias con sus hijas, Leonor y Sofía, y la infanta Elena. | Pere Bota

TW
50

Hemos pasado de la fotografía de equipo de fútbol a la de equipo de balonmano. De los quince miembros de la Familia Real que posaron el domingo de Pascua de 2006 –aún no había nacido la pequeña de los príncipes de Asturias– en la puerta de la Seu, hemos pasado a tan sólo seis, ayer.

Mientras los bebés se han hecho niños y los niños jóvenes, los adultos han alcanzado la madurez y los maduros están de pleno en la tercera edad. Real, pero tercera edad.

Para colmo, por una parte, los divorcios –uno, de momento, el de los duques de Lugo– y por otra la –presunta– corrupción del duque de Palma, Iñaki Urdangarin, ha ocasionado que Jaime de Marichalar, Iñaki, Cristina y sus cuatro hijos hayan desaparecido de la fotografía. Súmenle la baja del Rey por convalecencia –la segunda desde que se institucionalizó la misa de Pascua– y que los hijos de Elena no han viajado a Mallorca... Pues de 16 que podrían estar de no haber sido lo que ha sido, restamos 10, quedan 6. Los que había.

Llegaron al portal mayor de la Seu faltando tres minutos para las doce. Con anterioridad, habían llegado José Ramón Bauzá, president del Govern, y la presidenta del Consell de Mallorca Maria Salom para darles la bienvenida.
En cuanto Bauzá abandonó el coche oficial, ‘el republicano de Felanitx’ le increpó invitándole a que se fuera. El personaje, con un megáfono comprado en los chinos, adquirió cierta notoridad en las visitas a los juzgados de Palma del yerno de los Reyes.

Unos minutos antes de mediodía, a pocos segundos de que el obispo –y oficiante de la misa– y sus canónigos se hubieran situado al lado de la puerta, llegó la Reina. «¡Sofía, la olla está vacía!», le gritó ‘el republicano de Felanitx’ cuando salió del coche.

Venía acompañada de los príncipes de Asturias, sus hijas y la infanta Elena. Al ver que doña Letizia había quedado un tanto rezagada, su esposo, que llevaba de la mano a la infanta Sofía, retrocedió unos pasos para ir a buscarla. Los gritos del citado republicano contra su madre contrariaron el gesto del Príncipe.

Hubo saludos al obispo Javier Salinas, que se estrenaba como anfitrión en la misa de Pascua, y a su séquito y, a continuación, posado ante los fotógrafos.

Don Felipe, que seguía luciendo barba, vestía de traje azul claro y corbata de rayas, verdes y blancas. La Reina, su hija, su nuera y sus nietas iban de primavera, a la moda. Con blusa con estampados de flores grandes y falda negra, doña Sofía, lucía varias pulseras en ambos brazos, además de un reloj en su muñeca izquierda. La duquesa de Lugo vestía americana multicolor de trazos horizontales y pantalón malva. La princesa de Asturias lucía chaquetilla de florecitas estampada tipo Chanel, y sus hijas, vestidos de flores con rebequitas. A la salida, con paseíllo más breve que a la entrada, vimos hablar al presidente Bauzá con la Reina.

La princesa Letizia, antes de subir al coche, tuvo el detalle de acercarse a la valla para acariciar a una niña, ante el regocigo de su madre y de quienes estaban a su alrededor.