Un momento de la manifestación, a su paso por La Rambla. | Nuria Rincón

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Cerca de 500 personas se sumaron ayer a la manifestación convocada por la Cimera Social de Balears en Palma. La manifestación salió de la Plaça d’Espanya a las 12.30 horas, media hora más tarde de lo previsto, bajo el lema: ‘Contra el paro: seis millones de razones’ y una consigna general: «Hay solución: ¡Rajoy dimisión!», amén de otras más mordaces contra la Casa Real, la princesa Corinna y el extesorero del PP, Luis Bárcenas.

La baja participación de la protesta trastocó la paciencia del secretario general de la UGT, Lorenzo Bravo: «Estoy indignado con los indignados. Hay más gente en los Caputxins haciendo cola para recoger comida», apostilló.

Bravo puso el acento en la falta de prestigio de las instituciones y de los partidos políticos: «Estamos en un momento de degradación y va a ser casi imposible remontar, no solo la crisis, sino todo lo que se está perdiendo porque las instituciones están acabando con la educación, las prestaciones sociales, la sanidad y la igualdad».

Urdangarin

En este sentido, Bravo reclamó medidas más eficaces contra la corrupción: «A los imputados hay que quitarlos de la vida pública de forma inmediata», argumentó ante la lentitud de la justicia y el desprestigio general de la cosa pública.

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«Estoy perplejo ante los constantes cambios de fiscales, jueces... Van a acabar antes en prisión personas que han robado alimentos en un supermercado y sindicalistas que protestan en el campo que Urdangarin o Bárcenas, que están de mierda hasta las cejas».

Bravo definió a Bauzá como «este que no se entera de nada». Y añadió: «Es un mentiroso que dijo que iba a regenerar el partido y se le está cayendo hasta el pelo. Parecía que iba a salvar la vida y lo que intenta es salvar su negocio...».

La secretaria general en Balears de CCOO, Katiana Vicens, afirmó que la situación en Balears, como en el conjunto del Estado, es «muy mala», básicamente «precaria».

Vicens defendió otras formas de salir de la crisis y un reparto más equitativo de las cargas y la necesidad de no desproteger de derechos a los ciudadanos.

La protesta concluyó en el Born entre consignas de: «La PPesadilla acaba de empezar», «A los borbones les sudan los cojones».