Biel Barceló, Pere Sampol y Joan Lladó escuchan las palabras de Guillem Frontera. | M. À. Cañellas

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El Mur de la Memòria acogió ayer el homenaje a Emili Darder, último alcalde republicano de Palma, asesinado por las tropas franquistas el 24 de febrero de 1937. El homenaje contó, por primera vez, con la participación unitaria de PSM-Entesa y Esquerra-Illes.

El acto también fue convocado por la Fundació Emili Darder, el Ateneu Pere Mascaró, el Stei-i, la Obra Cultural Balear, Unitat Cívica per la República, Joves de Esquerra Nacionalista, Iniciativa Verds y JERC-Illes.

El homenaje comenzó a las 12.00 h. con la actuación de los xeremiers Pau i Càndid. A continuación, el escritor Guillem Frontera, colaborador de este diario, dedicó unas palabras a los asistentes.

Durante su parlamento aseguró que la sociedad mallorquina padece una crisis de identidad que «inevitablemente debilita y distorsiona nuestra personalidad y nos acerca al arquetipo impuesto desde el exterior; llámese globalización». «Nos tendría que alarmar la cantidad de isleños que parecen salidos de la reserva con un permiso especial. Nosotros no hemos de hacer de mallorquines, hemos de ser quienes somos», añadió.

Compromiso

Después de una ácida crítica hacia los políticos, Frontera destacó la importancia de la memoria: «Hoy es el día para mirar atrás en busca de luz». Emili Darder «es hoy más que nunca un ejemplo; marca el camino. Entendió la política como un acto de generosidad y compromiso».

Bajo la emocionada mirada de la nieta de Darder, Carmen Cano, el acto concluyó con la interpretación del ‘Cant dels Ocells’ de Pau Casal y la ofrenda en el lugar donde el alcalde, moribundo y maniatado, fue fusilado.