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La crisis económica, la falta de inversión como consecuencia del endurecimiento crediticio por las entidades financieras y la caída de la demanda provocaron que la evolución de la cifra de visados de vivienda nueva en Mallorca, así como en Balears (ver gráfico adjunto), fuera negativa en 2012.

Los datos del Colegio de Arquitectos de Balears constatan en el acumulado enero-diciembre del pasado año un descenso del 31,4 % de visados en Mallorca y de un 22,3 % en el conjunto de Balears, siendo Eivissa la única isla donde hubo una reactivación, al registrarse un alza del 37,7 % de nuevos visados.

En recesión

La Asociación de Constructores de Balears, así como el Colegio de Aparejadores de Mallorca y el propio Colegio de Arquitectos de Balears coinciden en señalar en que la recesión el sector de la construcción «no ha tocado fondo y la crisis se prolongará, como mínimo, hasta el segundo semestre de 2013».

Las causas que justifican esta evolución a la baja se debe, según los constructores, «por efecto directo del empeoramiento de la economía, el aumento del paro y la falta de confianza de los consumidores, a parte de la estrategia actual de las entidades financieras con nuestro sector. A esto hay que sumar, en el caso de Mallorca, que la obra pública practicamente ha desaparecido por la crisis y que las promociones inmobiliarias que tenían previsto hacerse, caso de Son Bordoy o Son Busquets, están paralizadas por falta de financiación», explica el director general de la Asociación de Constructores de Balears, Manuel Gómez.

Un dato a reseñar, en cuanto al índice de trabajadores, según Gómez, «es que todos los meses del pasado año finalizaron con destrucción de empleo en el sector de la construcción. No se ha tocado fondo, como se preveía a principios de año, y se agudiza aún más la recesión».

En cuanto a las obras visadas, Mallorca registró en 2012 un descenso del 13,8 % y en Balears del 10,3 %. Esto justifica el descenso de proyectos de rehabilitación de viviendas en Palma y resto de núcleos urbanos de las Islas, afectando ello a la propia viabilidad de las empresas de construcción balear.