La consellera de Medi Ambient, Catalina Soler, en su escaño. | Jaume Morey

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Tirme, la empresa concesionaria del tratamiento de los residuos urbanos, tiene ya prácticamente cerrada la logística para importar residuos de la Península y se espera que el primer cargamento de basura con destino a la incineradora llegue de forma inminente.

La cercanía de la llegada del primer cargamento con residuos ha propiciado que los políticos dl Consell hayan cargado las tintas en sus declaraciones.

Después de que el PSOE pidiera formalmente que la Guardia Civil impida la llegada de este material, la presidenta del Consell, Maria Salom, se preguntó por qué Francina Armengol no presentó esta misma denuncia en la anterior legislatura a tenor de que el Pacte autorizó que este mismo material se incinerara en la cementera de Lloseta.

Hipócritas

La presidenta calificó de «hipócritas» a los partidos de la oposición y denuncia la doble vara de medir que practican a la hora de juzgar las acciones del PP. «Cuando ellos lo hacen, está bien y cuando nosotros hacemos lo mismo, está mal», dijo. Salom criticó con contundencia que la oposición «juegue a asustar a la gente» apelando al riesgo de salud pública.

Salom se refería a las denuncias que han hecho tanto el PSOE como el PSM-IV-ExM en las que alertan de los riesgos que tendrá la salud de los ciudadanos el aumento de la incineración. Tirme tiene previsto importar este año unos 100.000 toneladas, que se sumarán a las más de 400.000 que incinera al año.