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Dos anuncios, que en realidad son una rectificación; el compromiso de que obligará a renunciar a cualquier imputado al que se le apliquen medidas cautelares y un ejercicio constante de 'oposición a la oposición', a la que llegó a acusar de haber conducido a Balears «a la ruina», fueron el menú elegido por el president Bauzá para su primer debate de política general, o 'debate de la Comunitat' que ayer se celebró en la Cámara.

Tanto en su primera intervención, de hora y media, como en su turno de réplicas el president evitó explicar medidas concretas más allá de las que ya se han ido anunciado desde el Ejecutivo en otras ocasiones.

Para la oposición, la falta de propuestas concretas, no es más que un ejemplo de que su programa ha quedado agotado cuando se cumplen 16 meses de su gestión.

Tanto Francina Armengol (PSIB) como Biel Barceló (PSS-Iniciativaverds) se mostraron muy disgustados por el tono del president quien, sobre todo en su intervención final, hizo acopio de supuestas irregularidades del anterior Ejecutivo para así esquivar las críticas. Incluso dedicó buena parte de su tiempo a cargar contra algunas medidas tomadas por Francina Armengol cuando presidía el Consell de Mallorca,

Ni en su discurso, ni apenas durante el resto de la sesión (que terminó cuando pasaban diez minutos de las nueve de la noche) hubo alusiones a los sindicatos ni al papel de la sociedad civil. Fue algo en lo que insistieron tanto Barceló como Armengol quien, por momentos, pareció erigirse en portavoz de las críticas de las calle, concretamente de las últimas movilizaciones. Unas movilizaciones que, según el president, eran respetables pero que había que poner en valor. En su opinión, sólo participan en ellas sindicatos y partidos.

Desde el primer momento, el president quiso dar la idea de que tenía el camino trazado. Afirmó que gobernaría sin fijarse en las encuestas y en los medios de comunicación. Para la oposición, eso es un ejemplo de que vive aislado. Para Bauzá, de que tiene claro lo que quiere. Y ahí, aprovechó para justificar sus medidas en torno a la lengua y el uso del catalán. Las presentó como una apuesta por la libertad.

Alejado de la realidad

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Bauzá no aceptó críticas. Se puso especialmente nervioso en su primera réplica a Armengol, quien, en varias ocasiones, le acusó de vivir alejado de la realidad. Fue el mismo argumento que utilizó Barceló.

El president, en una de sus intervenciones (al hilo de las preguntas sobre la financiación ilegal y sobre la corrupción) , presumió de no vivir de la política, afirmó que no podía dar explicaciones sobre la presunta financiación ilegal del partido, que investigan los tribunales, «es algo que desconozco», e insistió en que el código ético de su partido es claro y que establece que cuando alguien es imputado, pone su cargo a disposición, y que si se aplican medidas cautelares debe renunciar al cargo.

Pere Rotger, que presidía el debate, está inmerso en el primer supuesto, aunque (ayer mismo) su abogado reclamó que se le 'desimputase'.

Bauzá se jactó de no haber aceptado imputados en sus listas y afirmó que echó en falta que otros partidos no hicieran lo mismo.

No está imputada, pero sí está siendo investigada, la portavoz del PP, Mabel Cabrer. Cabrer, única portavoz que subió a la tribuna con un escrito de su puño y letra, abrió las «hostilidades» con la oposición. Fue la primera en decir que ni PSIB ni PSM estaban en condiciones de dar lecciones. Elogió la labor del Govern y siguió con la 'hoja de ruta' que había marcado.

Bauzá, en su última intervención destacó que Balears es una «gran comunidad con miles de oportunidades de prosperidad». Además, mostró su convencimiento de que a las Islas le quedan un «camino largo por recorrer, y no exento de dificultades» para lograr la reactivación económica, si bien defendió la necesidad de continuar llevando a cabo «esfuerzos todos juntos». Pero no explicó qué medidas podían tomarse.

Para el president, «la situación heredada» no permite nuevos gastos (sólo aludió a la llegada de 92 millones cuando se tramite la enmienda a los Presupuestos del Estado para carreteras) y defendió como logro que se hubieran acabado con las subvenciones de épocas pasadas.

Dirigentes del PP se dejaron de ver en el pleno. La gran ausencia, que quizá haya que interpretar en clave política, fue la de José María Rodríguez, también imputado.