Piquetes informativos dieron el 'sus' a la huelga en Emaya. | Joan Torres

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Sin más incidentes que la noche desapacible con viento y lluvia los servicios mínimos pactados en Emaya, cinco camiones del turno nocturno de recogida, se cumplieron a rajatabla con salida en convoy a las once de la noche pasada a través de un pasillo formado por un centenar de afiliados de USO, UGT y CC OO que ejercían como piquetes.

A las puertas de la central de la empresa pública municipal, en Son Pacs, se habían congregado los efectivos sindicales desde una hora antes, aunque el comité de empresa tenía constancia de que no habría voluntarios para otros servicios que los mínimos.

Un voluntario

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Según Miguel Romero, presidente de la representación sindical en Emaya, solo un trabajador que no figuraba en los listados de mínimos permanecía anoche en las instalaciones, aunque no le pudo ser asignada ninguna tarea específica en las calles.

La presencia de fuerzas y cuerpos de seguridad en la sede de Emaya fue discreta, con cinco miembros de la Policía Nacional y otros tantos de la Policía Local, que de hecho se incorporaron a la posible protección de los vehículos de limpieza apenas unos minutos antes de la hora prevista de salida. Su intervención no fue necesaria.

Parte de los integrantes de los piquetes se retiró a medianoche tras comprobar que no había más actividad de la pactada, mientras el resto permanecía a las puertas de Son Pacs para comprobar el cumplimiento de los mínimos en el turno matinal que comienza a las seis de la mañana, y que en principio abarcaba siete camiones y catorce empleados, cifra similar a la del último turno del día de huelga general, a partir de las 14,15 horas.

En una jornada normal los turnos de Emaya por lo que se refiere al servicio de recogida de residuos puede estar integrado por hasta ochenta vehículos de distinto tonelaje, según confirmó a este diario Miguel Romero.