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La salida de Balears del Insitut Ramon Llull (IRL) se tomó por razones políticas, de forma repentina e «in extremis» cuando se cerraba el anteproyecto de Presupuestos. Así lo confirmó ayer el conseller d’Educació i Cultura, Rafael Bosch, en una rueda informativa celebrada a su llegada de Londres, donde el martes inauguró la exposición Isleart junto al president José Ramón Bauzá, colectiva de artistas baleares organizada por el IRL. Cabe recordar que mientras ellos presidían dicho acto, en Palma se anunciaba mediante un comunicado que el Govern abandonaba el consorcio del IRL, que aún comparte con la Generalitat catalana.

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Bosch dijo que Balears no puede mantener relaciones dentro de un consorcio en el que «una de las partes rompe las condiciones». Se refería a la «ruptura de un marco constitucional que puede tener consecuencias políticas de un proceso encaminado a la independencia». Así, con las pretensiones políticas de Artur Mas «se establece un marco difícil de continuar», según Bosch, quien en su intervención dio por hecho que tras las elecciones catalanas el panorama político cambiará radicalmente, hasta el punto de que Balears no pueda compartir proyectos sobre la promoción de la lengua y la cultura catalanas con un Estado «que pueda estar fuera de la Unión Europea». De hecho, Bosch vaticinó que «puede haber tensiones en el Estado español».

El conseller justificó la drástica salida del Llull sin esperar los resultados de las elecciones porque, aseguró, Balears debería elaborar su presupuesto y, entre la futurible independencia de Catalunya y que Bauzá pidió a sus consellers que rebajaran el techo de gasto, se decidió de un día para otro «optar por un órgano propio [para la promoción exterior], el Institut d’Estudis Baleàrics».