Prohens y Cabrer, el pasado martes.

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La portavoz parlamentaria del Grupo Popular, Mabel Cabrer, no se limitará a poner su cargo a disposición del partido si resulta imputada en la 'operación Mupi', la trama balear de Gürtel: renunciará a su escaño.

Por si habían quedado dudas de su primera intervención al respecto, el pasado lunes, ayer dijo que no esperará a que el partido decida por ella y que dimitirá. Cabrer dice tener claro el llamado 'código ético' de su partido. Dejó claro que no está indicando el camino que deban tomar otras personas en su misma situación y afirmó que «hay razones personales» que avalan su decisión.

La portavoz 'popular', consellera d'Obres Públiques cuando Over Marketing realizó trabajos para el Govern, sigue pensando que Jaume Matas y el exgerente del PP, Fernando Areal, deben «aclarar» si las acusaciones del directivo de Over que han sido claves para las primeras imputaciones son ciertas.

Cabrer no quiso concretar demasiado cuáles son esas «razones personales que la han llevado a tomar esta decisión (irse si la imputan) pero tienen que ver con el malestar que siente ante el hecho de que algunas personas fueran vetadas por Bauzá cuando elaboró la candidatura y ahora puedan darse diferentes varas de medir si los cargos son de designación o electos.

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«No fue fácil»

Cabrer recordó que cuando, antes de las elecciones, Bauzá reclamó garantías a quienes iban en su lista y luego se aprobó el 'código ético», «hubo mucho debate» y que «no fue pacífico».

La portavoz entiende que ese código es «el más duro» que se aplica a un partido en Balears y que establece normas que «costó asumir».

Según la portavoz 'popular' el president Bauzá era consciente y que «tampoco fue fácil para él».