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El nuevo titular de la Conselleria de Salut, Família i Benestar Social, Martí Sansaloni Oliver, se mostró ayer, minutos después de tomar posesión del cargo en un acto que tuvo lugar en el Consolat de Mar, partidario «de cumplir con el plan de equilibrio económico pactado con Madrid» en materia sanitaria, circunstancia que supone aplicar recortes por un importe de 95 millones de euros.

Sansaloni no ocultó que entre las medidas del plan «figura el cierre de hospitales», aunque no se pronunció de manera taxativa sobre esta cuestión, aunque para él «la cifra final [del plan] es inamovible».

En su primera comparecencia ante los medios de comunicación como conseller de Salut, Martí Sansaloni adelantó que para la misma tarde de ayer había convocado una reunión con los máximos responsables de su departamento «para marcar la hoja de ruta que dará respuesta a los principales problemas». En esta línea insistió en que, desde su punto de vista, «las prioridades son la sostenibilidad del sistema sanitario público de Balears y el diálogo con el sector». Sobre este último apartado pidió la «colaboración de los profesionales».

Misma estructura

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Tras manifestar sentirse «ilusionado» con el nuevo cargo, Martí Sansaloni adelantó que «no estamos para cambiar la estructura» de la Conselleria ni del IB-Salut, dando a entender que no se iban a producir cambios en los actuales puestos de responsabilidad, aunque no descartó «una redimensión», circunstancia que supondría que no se cubrirán las vacantes que queden en el nuevo organigrama, aunque lo puestos clave están decididos».

En su primera comparcencia como conseller, Sansaloni tuvo palabras de reconocimiento con su antecesor en el cargo, Antoni Mesquida, del que dijo respetar «su decisión de renunciar, es una gran persona y con la que siempre nos hemos dicho las verdades», en alusión a las interferencias del PP en la política de nombramientos de la Conselleria.

La toma de posesión de Martí Sansaloni como conseller contó con la presencia del president del Parlament, Pere Rotger; y de la delegada del Gobierno, Teresa Palmer; así como de la presidenta del Consell, Maria Salom.

Al margen de la cúpula de la Conselleria y del IB-Salut, el sector sanitario tuvo poca representación en el acto -que apenas se prolongó por espacio de quince minutos-, con excepción del presidente del Colegio de Médicos, Antoni Bennàsar, y de algún representante sindical.

Frente al Consolat de Mar un pequeño grupo de profesionales se manifestó en contra de los recortes en la sanidad pública luciendo camisetas negras. Un discreto dispositivo policial vigiló que no se produjeran ningún tipo de incidentes.