Vicenç Juan, Antoni Mesquida y Francisco M. Kovacs. g Foto: EUGÈNIA CANYELLES

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Un total de 15.468 pacientes de Balears con dolor de espalda o dolor cervical han sido derivados desde Atenció Primària a la Fundación Kovacs para recibir intervenciones neuroreflexoterápicas.

Así lo explicó ayer el conseller de Salut, Família i Benestar Social, Antoni Mesquida, acompañado del presidente de la Fundación Kovacs, el doctor Francisco M. Kovacs, y del director de Asistencia Sanitaria del IB-Salut, Vicenç Juan, y matizó que gracias al convenio firmado por el IB-Salut y la fundación vigente desde 2004 y que se va renovando anualmente la Conselleria de Salut ha ahorrado unos 42 millones de euros.

Inversión

Desde enero de 2004 hasta 2001 el IB-Salut ha invertido 11.090.438 millones de euros, 7,9 millones han sido destinados a la aplicación de la intervención neurorreflexoterapica y 3,1 a los gastos generados por las pruebas diagnósticas, los fármacos y otros tratamientos.

Por su parte el presidente de la Fundación Kovacs recordó ayer que el anterior Govern quiso reducir a la mitad la aplicación de esta técnica pero «dio marcha atrás cuando comprobó que se disparaban los costes de los tratamientos de espalda» y explicó que actualmente el IB-Salut les debe más de 626.000 euros.

La neuroreflexoterapia es un método que consiste en la implantación sobre la piel, durante un periodo máximo de tres meses, de grapas de dos milímetros en torno a la columna vertebral que actúan como inhibidores del dolor, la inflamación y las contracturas, un sistema sobre cuya efectividad «ya no hay debate científico», según explicó el doctor Kovacs.

En los casi nueve años en que la sanidad pública balear viene derivando a pacientes con molestias de espalda a la Fundación Kovacs, casi dos terceras partes de los tratados sufrían dolor lumbar, el 26% dolor cervical y casi el 8% dolor dorsal.

El 87,3% de los pacientes tratados se sienten curados o notablemente mejorados y el 99,8% recomendaría esta tecnología a un familiar con el mismo problema.

El 70,6% de los pacientes tratados con esta técnica son mujeres y el resto hombre, con una media de edad de 53 años. Sufrían un dolor intenso (con una media de 7 puntos en una escala en la que el 10 representa la mayor intensidad imaginable) y los tratamientos previos habían fracasado durante seis meses, de media, antes de que su médico de familia los derivara a la Fundación Kovacs.