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En el barrio palmesano de sa Gerreria se respiraba ayer tranquilidad, aunque el tema de conversación no seguía siendo otro que la detención de Juan Manuel Morales, quien residía desde hacía cerca de un mes en un piso de la calle Can Gotleu, a pocos metros de la Plaça de la Quartera.

Los comerciantes y vecinos más cercanos al domicilio de Morales se mostraron impactados ayer al ver la foto en los periódicos de los 140 kilos de sustancias que había adquirido el joven para fabricar explosivos. Fue el caso de Rosa Fiol, Joan Aveledo o Pedro Rodríguez, responsables del Bar Farina, ubicado a escasos 25 metros del portal del bloque de pisos donde vivía Juan Manuel Morales.

Testimonios

Rosa recordó que «había venido aquí a tomar café una o dos veces, pero llevaba poco tiempo en el barrio. Es increíble lo que iba a hacer, ves su foto y no te lo imaginas haciendo ese desastre. Pero a veces son las personas que menos te esperas las que actúan así».

Joan Aveledo, por su parte, se mostró sorprendido «por lo que se puede comprar en internet y la que podría haber armado». «Imagínate que se pone a manipular los explosivos en su casa un martes por la noche, que esto está repleto de gente, y las bombas explotan. La habría liado parda. Además, aquí los edificios son viejos y se habrían venido abajo con la explosión. Hubiese sido un desastre. Nos hubiese hecho un traje a todos», agregó Aveledo.

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El Bar Farina está en plena ruta martiana, que los martes por la noche congrega a miles de personas que acuden de tapas y pinchos. Al respecto, Pedro Rodríguez señaló que en la calle Can Gotleu y los bares que hay al lado «pueden llegar a juntarse entre 500 y 1.000 personas un martes por la noche, y si hubiese habido una explosión ya te puedes imaginar la catástrofe que se habría producido».

No obstante, todos ellos señalaron que «estamos hablando de suposiciones y hay que alabar el trabajo de la policía, que la verdad es que fue muy discreta. Nosotros no nos enteramos de la detención hasta que empezaron a llegar periodistas por aquí».

Frente al bloque de pisos donde vivía Juan Manuel se está construyendo un aparthotel. Algunos obreros también conocieron la noticia de la detención por la presencia de periodistas y también coincidieron en señalar la discreción con la que actuó la policía.

Vecinos

En su mismo edificio, de tres alturas y un piso por planta, sólo reside ahora un ciudadano extranjero, quien quiso mostrarse ajeno a todo el revuelo que se ha generado a raíz de la detención de Juan Manuel.

José, ayudante del Bar Cero 58, que está en los bajos del bloque, comentó: «Yo no lo conocía, pasa mucha gente por aquí, pero ahora que hemos visto su foto ya sabemos quién es».