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La crisis económica ha propiciado que este verano se haya incrementado la oferta de alojamiento turística ilegal en Balears por el aumento de los alquileres de segundas residencias en todo el litoral mallorquín y del resto de islas, cuyos propietarios han visto la oportunidad de generar unos ingresos extras en la actual coyuntura, comercializándolos al margen de cualquier control por parte de la Conselleria de Turisme y de Hacienda.

Esta circunstancia ha propiciado, según fuentes inmobiliarias, que muchos isleños han «renunciado a sus vacaciones en sus segundas residencias y han optado por alquilarlas en el mercado europeo y también, pero en menor medida, en el español. Es un fenómeno que va a ir a más, ya que el vacío legal existente es muy grande, pese a la actual normativa turística vigente en las Islas».

Desde la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) constatan un alza de esta comercialización. «Es una situación que nos preocupa de manera especial, porque supone una competencia desleal a la oferta reglada y un fraude al fisco, al no declararse los ingresos que genera esta actividad inmobiliaria. No es lógico que el aeropuerto de Son Sant Joan y del resto de islas hayan visto incrementado el número de pasajeros durante este verano, mientras la ocupación hotelera no se ha visto beneficiada por este aumento de la cifra de pasajeros en los aeropuertos. Debe de haber un control exhaustivo por parte de Turisme porque también está en juego la imagen turística como destino», explica la gerente de la FEHM, Inmaculada de Benito.

Alojamiento y plazas

Este alquiler turístico ilegal de segundas residencias, ha tenido también su lógica extrapolación en los datos estadísticos de las cifras de turismo residencial en todas las Islas.

En el gráfico adjunto se aprecia el número total de plazas legales turísticas legalizadas por la Conselleria de Turisme y la plazas turísticas de segunda residencia de uso turístico, según un estudio realizado por la Cámara de Comercio de Mallorca en 2006 para evaluar el impacto del turismo residencial y que ha sido actualizado recientemente.

De acuerdo con este estudio, Balears recibe cada año más de 11 millones de turistas extranjeros, de los que 5,1 millones es residencial y que no se aloja en la oferta turística reglada. Es decir, que el 40,5 % de los turistas que llegan a las Islas se aloja en el denominado turismo residencial, en consecuencia al margen del control del fisco y de la Conselleria de Turisme, pese a las campañas de inspección que se hacen.