El empresario José María Ruiz Mateos, en el interior de su casa de Somosaguas, en una imagen de archivo. | Efe

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Tomadura de pelo o empeoramiento de salud. El empresario José María Ruiz-Mateos plantó por tercera vez a la jueza que le investiga en Palma por una estafa de 13,9 millones de euros. Ahora le toca a la instructora decidir qué respuesta da a lo ocurrido después de que el abogado del imputado, Marcos García Montes, justificara con una nota manuscrita la ausencia de su representado por un repentino empeoramiento de su salud. En declaraciones a la entrada y a la salida del juzgado, el letrado afirmó que «estaba decidido a declarar» pero que estaba «indispuesto por todo lo que aconteció en el día de ayer». «Está fastidiado, tiene ochenta y pico años, tiene enfermedades y además no es agradable para una persona de esta edad estar ayer doce horas detenido».

Detención

El empresario fue arrestado por la policía para cumplir con una orden de detención que había emitido la jueza María Pascual a finales de julio. De forma previa a la detención ayer no hubo ninguna nueva orden del juzgado de Palma al Cuerpo Nacional de Policía. Por la noche, la jueza sí ordenó ponerle en libertad por motivos humanitarios.

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Para terminar de liar la madeja, la situación de salud de Ruiz-Mateos, en todo caso no era grave. Por la tarde, su familia llamó a una ambulancia a la casa de Pozuelo de Alarcón donde reside. Los servicios médicos que le atendieron constataron que sí padecía una dolencia ‘leve’ pero, sin embargo, le dieron el alta de inmediato.

Su letrado explicó que se enteró la misma mañana de ayer de la dolencia de su cliente. «Le han intentado convencer para ingresar en urgencias en una clínica pero ha dicho que no, que se queda en casa, y están pendientes de que llegue un médico, en cuestión de media hora, para que certifique», explicó. Finalmente el médico tardó más de cinco horas.

Ahora está por ver cuál será la decisión que tome la juez. Tras el plantón de ayer no recibió ni al letrado de Ruiz-Mateos ni a la representante de la acusación particular, Isabel Fluxà. Las opciones pasan por que ordene que un forense examine al imputado para comprobar si se quedó en casa con una causa justificada o no. A partir de ahí podría producirse una nueva citación judicial del imputado, de 81 años de edad o incluso su detención. Una de las opciones que propone su defensa es que pueda declarar a través de una videoconferencia o bien que lo haga en unos juzgados de Madrid.

El empresario ya compareció una vez en esta causa y en aquélla ocasión se negó a declarar. Tanto él como varios de sus hijos tienen retirado el pasaporte y han tenido que constituir una fianza civil por 13,9 millones de euros, el valor de la compraventa del hotel Eurocalas