Foto reciente de la playa de Es Trenc. | P. Pellicer

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Los destinos de sol y playa españoles están aguantando mejor el verano que los urbanos y del interior, al nutrirse del turismo extranjero y no tener tanta dependencia como estos últimos de la demanda nacional, que en algunas zonas ha sufrido caídas interanuales superiores al 40 por ciento.

Así ha señalado a EFE el presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), Juan Molas, quien se ha mostrado preocupado por la evolución del turismo urbano, a excepción de Barcelona que, con un buen comportamiento de la demanda, se descuelga del resto de ciudades, y por la situación de la mayoría de los destinos del interior.

Entre las comunidades autónomas más afectadas están Andalucía y sus ciudades del interior como por ejemplo Granada; Asturias; Castilla y León; Galicia o Madrid, ha precisado Molas.

Las zonas de sol y playa -el litoral peninsular y los archipiélagos balear y canario- están registrando una temporada de verano «normal», gracias a que el aumento del turismo extranjero ha logrado compensar la caída del mercado español.

La gerente de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), Inmaculada Benito, considera que Mallorca tiene la ventaja de que esta temporada está siendo mejor que en otros destinos de la costa española porque no depende tanto del mercado turístico nacional, el más afectado por la crisis económica.

«La no dependencia tan estricta de Baleares de la demanda interna española, sino de la demanda internacional, hace que esta temporada, a pesar de estar por debajo del año pasado, está siendo para nosotros mejor que en otras zonas de la costa española», ha detallado Benito.

Baleares depende de mercados turísticos «cuyas economías en situación más agradable que la española», ha indicado la gerente de los hoteleros mallorquines.

Benito ha animado a trabajar para mejorar la oferta turística de Baleares para fidelizar a los turistas «prestados» por la inestabilidad política que se da en otros países de la cuenta mediterránea: «hay determinados países que están teniendo problemas geopolíticos y nos ceden clientes, así que tenemos que estar al día para cuando esto pase, poder ser competitivos».

En agosto, el comportamiento del turismo foráneo en los destinos vacacionales españoles incluso ha mejorado respecto al mes precedente, pese a lo cual Molas ha matizado que los resultados no se pueden calificar de excelentes, sino tan sólo de normales.

Igualmente, desde la última semana se observa una ligera mejoría de la demanda española, pero, en opinión del presidente de la patronal, este comportamiento algo más dinámico que en julio durará como máximo tres semanas, por lo que no disminuye la preocupación del sector por los destinos más expuestos a la debilidad del mercado nacional.

En cuanto a la demanda extranjera, Molas ha destacado la buena evolución del mercado ruso, que ha crecido por encima del 35 % en relación al verano pasado, y una mejora del británico, que es el de mayor peso para España.

A la evolución positiva de este último mercado emisor ha contribuido el mal tiempo que registra Inglaterra y la celebración de los Juegos Olímpicos, factores que han animado a muchos británicos a pasar sus vacaciones fuera del país.

Además, el segundo mercado emisor más relevante, Alemania, se ha mantenido prácticamente en los mismos niveles que hace un año, lo que también ha ocurrido con Holanda y Bélgica, en sexto y octavo lugar, respectivamente.

Todo ello ha llevado a los hoteleros a mejorar sus anteriores previsiones para toda la temporada alta y a apuntar a un descenso inferior al 3 % en lugar de una caída del 7 % que auguraban al inicio de las vacaciones.