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El Partido Popular paga un alto precio electoral una año después de alcanzar el Govern. La encuesta elaborada por el Instituto Balear de Estudios Sociales (IBES) en exclusiva para Ultima Hora señala que los conservadores perderían, en el caso de que se celebrasen ahora los comicios autonómicos, dos diputados -todos ellos en la circunscripción de Mallorca-. El retroceso electoral no le significaría la pérdida de la mayoría absoluta al PP. De todos modos cabe señalar que la caída de apoyos en mucho más importante en Mallorca, donde Bauzá es el cabeza de lista, con cinco punto porcentuales, que en el resto de las circunscripciones insulares, donde el retroceso conservador es de tres puntos. También cabe destacar el avance del PP en Formentera, donde acorta distancias con los progresistas pero no lograrían arrebatarles el escaño.

Otro de los aspectos destacados del sondeo del IBES hace referencia, precisamente, a la oposición la cual, a tenor de las preferencias del electorado balear, presentaría cambios importantes respecto a la composición actual.
Así, el PSOE continuaría con su declive y perdería todavía un diputado más de los que tiene en la actualidad, retroceso que se compensaría con el avance de los econacionalistas que pasarían de cinco a seis escaños.

Otra de las novedades importantes sería el regreso de una formación de centro y autonomista al Parlament, surgida de la todavía hipotética fusión entre la Lliga Regionalista y Convergència per les Illes. Ambas formaciones políticas, lideradas por Jaume Font y Josep Melià, respectivamente, ya han anunciado el inicio de conversaciones para formalizar su alianza de cara al futuro.

El proyecto autonomista todavía tiene una largo recorrido por delante, toda vez que, a tenor de los resultados de la encuesta, hay un elevado porcentaje del electorado que desconoce su existencia.

Al borde de obtener representación parlamentaria aparece el partido de Rosa Díez, Unión Progreso y Democracia (UPyD), que podría lograr un escaño.

Rechazo a los recortes

Los planes de ajuste que quiere aplicar el Govern cuenta con un amplio rechazo entre los ciudadanos de las Islas, con excepción de la política de supresión de las subvenciones. El sondeo del IBES pone de manifiesto que la población no ve con buenos ojos los recortes, en especial aquellos que significan una merma sustancial de las prestaciones sociales.

En esta línea la oposición más firme se sitúa en el terreno de la subida de las tarifas universitarias y del transporte público, así como en la propuesta de privatizar los hospitales públicos, con porcentajes en torno al 90 por ciento.

Otras iniciativas como la aplicación del ‘centimo sanitario’ en el precio de las gasolinas, el aumento del número de alumnos por aula o la reducción de las prestaciones sanitarias -la introducción del sistema del copago- tampoco cuentan con el apoyo de los ciudadanos.

Todo indica que el Govern que preside José Ramón Bauzá acusa en términos electorales -cuanto ya se ha consumido el primer cuarto de la legislatura- la dureza de la crisis y los ajustes que se ha visto obligado a poner en práctica para combatir el déficit público, unas políticas que -según se desprende del sondeo demoscópico del IBES- los ciudadanos no comparten o no entienden.