Ambiente de estudio en la terraza del bar situado en el edificio Jovellanos del campus universitario. | P. Pellicer

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El edificio Gaspar Jovellanos ha albergado las pruebas de acceso directo a la universidad, que la Universitat de les Illes Balears (UIB) organiza anualmente para los mayores de 25 y 45 años. Este año, la convocatoria ha contado con un total de 1.013 estudiantes inscritos y se ha celebrado los días 20 y 21.

La cifra está dentro de lo normal: «No ha aumentado con la crisis económica ni con los altos índices de paro», explicó Joan Stela i Fiol, director del Secretariat Tècnic d’Accés.

La motivación para volver a estudiar es diversa. Hay personas que quieren promocionarse en el trabajo, ya que para acceder a algunos cursos tienen que contar con un título equivalente al de Selectividad. En estos casos, muchos protagonizados por funcionarios de los cuerpos de seguridad, no existe el deseo de llegar a cursar el título de grado.

Por el contrario, otros candidatos deciden que su vida laboral ha llegado a un punto muerto. «No me voy a pasar la vida en la construcción», decía ayer un joven en el campus de la UIB.

«Mejorar en la vida», «hacer currículum» o «abrir nuevas posibilidades laborales», son un botón de muestra de los objetivos que mueven a estas personas que, tiempo atrás, decidieron dejar los estudios.

La tasa de aprobados del ‘acceso’ es muy alta y se sitúa por encima del 60 por ciento.

La prueba abre las puertas de cualquier universidad, aunque los mayores de 25 y 45 años no lo tienen tan fácil como los estudiantes que acceden a través de la Selectividad.

Cupo general

Como confirmó Stela, Los jóvenes que terminan estudios de Bachillerato y Selectividad, entran en el cupo general de plazas y disfrutan de la práctica totalidad de ellas.

Por el contrario, los del acceso directo entran en un cupo de plazas limitadas, en torno a un cinco por ciento del total.
A este hecho hay que añadir que los números clausus van en aumento y la UIB espera que en el curso 2012-13 todos los títulos de grado estén con las plazas contadas, hecho que limitará su entrada en muchas titulaciones.

El último handicap que tienen los estudiantes de acceso directo afecta a quienes quieren estudiar la carrera en otra universidad distinta de la UIB.

La razón es que cada universidad prioriza a los estudiantes que ella misma ha examinado.

Nada son facilidades para quienes llegan tarde y, en muchos casos, con cargas laborales y económicas.

Tesón

Los estudiantes que finalmente comienzan a estudiar en la universidad «complementan las carencias formativas con una gran capacidad de esfuerzo. Tienen mucha voluntad», destacó ayer el director del Secretariat Tècnic d’Accés de la UIB.
«Estudian porque quieren, no porque estén obligados y este aspecto es importante, les distingue. Son más maduros», concluyó Stella.