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La secretaria de Iñaki Urdangarin, Julita Cuquerella, y la exconsellera de Sanidad de la Generalitat de Catalunya Marina Geli están citados a declarar, junto a otros 41 testigos, ante el juez instructor del caso Palma Arena, José Castro, en una ronda de comparecencias que arrancará este jueves en Barcelona y se alargará al menos hasta el sábado.

Esta nueva rueda de interrogatorios que emprenderá el magistrado en una sala de la Ciudad de Justicia de Barcelona comenzará este jueves a las 10.00 horas con la deposición del exsecretario general de Esade y exconsultor del Instituto Nóos, Marcel Planellas, según ha informado este miércoles el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC).

Planellas dimitió como secretario general de la escuela de negocios de la que Urdangarin había sido alumno, después ser llamado por Castro para declarar dentro de la pieza separada número 25 del caso Palma Arena.

El exsecretario general de Esade cobró supuestamente por trabajos privados de consultoría más de 128.000 euros de las empresas que controlaban Urdangarin y su exsocio Diego Torres, acusados de malversación de fondos públicos, fraude a la Administración, falsedad documental y evasión fiscal.

Para el viernes a las 19.30 horas está prevista la comparecencia de la secretaria del Duque, Julita Cuquerella, cuyo nombre figura en varios correos electrónicos incluidos en el sumario y, en uno de ellos, queda reflejada la búsqueda de trabajadores ficticios con el objetivo de obtener beneficios fiscales.

En un principio, el juez Castro convocó a 28 personas para testificar entre jueves y viernes, aunque finalmente ha decidido ampliar la convocatoria al sábado llamando a declarar a 15 testigos más, entre ellos la exconsellera a partir de las 9.20 horas.

El Instituto Nóos, presidido entre 2004 y 2006 por Urdangarin, percibió 34.375 euros de la Generalitat por prestar apoyo técnico para el desarrollo de proyectos relacionados con la cooperación sanitaria en 2005, cuando Geli estaba al frente de la Conselleria.

El convenio, fechado el 7 de noviembre de 2005, se enmarcó dentro del Plan director de Inmigración y Cooperación en el ámbito de la salud, un instrumento destinado a adaptar servicios de esta naturaleza al fenómeno de la inmigración y a impulsar la cooperación sanitaria.

Para desarrollar este tipo de proyectos, la entidad del duque de Palma se ofreció aportar un director --que dedicaría 20 horas semanales--, un codirector --con una dedicación de 40 horas a la semana-- y a coordinar el equipo de trabajo.

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La exconsellera de Sanidad ya declaró la semana pasada en la sede de la Policía Nacional en Barcelona ante el fiscal anticorrupción de Palma Pedro Horrach, al que también aseguró haber rechazado un gran proyecto global que el duque le ofreció en una reunión entre 2006 y 2007 para convertir a Barcelona en una «capital del deporte», y por el que pretendía cobrar de la Generalitat tres millones de euros.


Urdangarin y su mano derecha Diego Torres presentaron a Nóos como una asociación dedicada al desarrollo profesional y la promoción de organizaciones relacionadas con las «ciencias de la salud y de la vida», entre otras actividades.

Entre los objetivos que compartían Nóos y el Departamento de Salud, figuraba el hallazgo de estrategias que permitieran evaluar las políticas sanitarias, mejorar su coordinación y reducir desigualdades en «nuestra sociedad» y en los países en vías de desarrollo.

Además, coincidían en su voluntad de promover acciones formativas, de asesoramiento y estudios estratégicos vinculados a la responsabilidad social corporativa y emprendedora. A tal efecto, Nóos aseguraba contar con la experiencia necesaria en el ámbito de la consultoría, la gestión y el análisis, y disponer de profesionales «idóneos» y especializados para la prestación de estos servicios.

Así, se comprometió a colaborar en la definición de proyectos de cooperación exterior y a «ordenar la atención sanitaria individual a personas de países en vías de desarrollo con necesidades de salud urgentes o extremas y no cubiertas en su país».

Proyectos, al menos en catalán

Para desarrollar este tipo de proyectos, la entidad del duque de Palma se ofreció aportar un director -que dedicaría 20 horas semanales-, un codirector -con una dedicación de 40 horas a la semana- y a coordinar el equipo de trabajo.

Por su parte, el Departamento de Salud catalán contribuiría con un supervisor, el pago de 34.375 euros y todo el apoyo documental que fuese necesario. Así lo recoge el convenio vigente desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre de 2005, con posibilidad de ser prorrogado siempre que se formalizara por escrito.

El contrato recoge que los proyectos deberían ser entregados, al menos en catalán, de acuerdo con la ley de política lingüística y que el Ejecutivo autonómico se reservaba la decisión de incluir el logotipo de la Generalitat o del Departamento de Salud en estas actividades.