Los voluntarios trabajaron durante toda la jornada de ayer para aplanar la superficie. | Patricia Lozano

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Una incesante incorporación de voluntarios a lo largo de la jornada contribuyó ayer a la iniciativa de convertir el solar vacío entre las calles Reina Maria Cristina y Manuel Sanchís Guarner en un huerto urbano donde en breve pueden crecer hortalizas «para alimentar a la gente en tiempos de crisis».

Sin la enseña de ningún partido político ni entidad ciudadana, decenas de personas de todas las edades se afanaron en la limpieza del solar palmesano que antes de la Guerra Civil fue un casal de entidades sindicales, luego un centro educativo y a la postre un eficio derribado por la municipalidad debido a su estado ruinoso, que permanece como tal desde hace décadas.

Sin ninguna estridencia en el interior de uno de los terrenos baldíos más veteranos de Palma, los voluntarios -que confesaron haberse reunido para este fin a través de contactos personales y redes sociales-, dedicaron la jornada de ayer a retirar la basura acumulada en el solar, a cortar las altas hierbas que lo caracterizaban y a iniciar la roturación del terreno para plantar hortalizas «que puedan servir a la gente para disponer de una fuente de alimento en una situación tan crítica como la que vivimos».

La organización de la jornada se planteó a título práctico en apenas unos minutos desde la llegada de los primeros voluntarios al solar, con el reparto de funciones y de herramientas.

Parte de quienes protagonizaron ayer el «trabajo cívico» en el solar próximo a la estación del tren de Sóller llevaron a cabo la misma tarea en otro terreno próximo, del que ya se ha obtenido una cosecha de lechuga.