Jaume Bonet, en su domicilio, donde está llevando a cabo la huelga de hambre. | Joan Torres

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El jubilado de 64 años Jaume Bonet, que lleva 23 días sin ingerir alimentos, ha remarcado que, de momento, no va a dejar la huelga de hambre en protesta por las políticas lingüísticas del Govern y ha aseverado que ésta se mantendrá de forma «indefinida».

En este sentido, ha expresado a Europa Press su malestar por los rumores que señalaban que cesaría su protesta coincidiendo con la manifestación por la lengua prevista para este domingo en Palma de Mallorca.

Asimismo, sobre la posibilidad de que el jubilado esté en esta manifestación, la mujer de Bonet ha explicado que su marido «no está en disposición de moverse de casa» y ha subrayado que apenas puede levantarse de la cama donde está. En este misma línea, Tomeu Amengual, el jubilado de también 64 años que sustituirá a Jaume Bonet cuando a éste «no le queden fuerzas», ha aseverado que su amigo está débil y que no está en condiciones de acudir a ninguna parte.

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Amengual, que lleva tres semanas preparándose para «estar a la altura de las circunstancias», ha subrayado a Europa Press que el mantenimiento de la huelga de hambre responde a la intención de «apelar a la conciencia de los parlamentarios populares que no están de acuerdo con la política lingüística de su partido».

El jubilado, que sí estará en la manifestación del domingo, ha asegurado que está preparado física y mentalmente para tomar el relevo en el caso de que le comuniquen que Bonet no puede seguir y ha indicado que una tercera persona también se está adaptando para llevar a cabo la huelga de hambre, si bien ha precisado que «no está autorizado» para revelar su identidad.

No obstante, el relevo de Jaume Bonet ha recalcado que con la huelga de hambre no pretenden perder la vida, pero ha subrayado que defender la lengua propia merece «un riesgo».