Imagen del juicio por el caso Bitel | Jaume Morey

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El ex gerente de Bitel, Damià Vidal es un narcisista. Ese fue el único punto en el que coincidieron los dos psiquiatras que comparecieron ayer en el juicio en el que la Fiscalía solicita 14 años de prisión para el principal acusado. El perito propuesto por la defensa, Tomás Blanes, y el forense de los juzgados, Víctor Verano que le examinó a petición de la Fiscalía dieron versiones encontradas sobre el estado mental que llevó a la salida de alrededor de 700.000 euros de la empresa pública. Para el primero, Vidal actuó en medio de un trastorno bipolar, «no tengo ninguna duda». El segundo calificó al ex gerente como «un señor muy listo y que se obsesiona mucho, pero que no es un maniaco».

La diferencia entre ambos extremos es determinar si Vidal era plenamente responsable de sus actos cuando dirigió Bitel entre los años 2003 y 2007. Verano indicó que Vidal le presentó 16 facturas que corresponden a las visitas que hizo esos cuatro años a un psiquiatra de Barcelona. Éste jamás diagnosticó un trastorno bipolar al acusado. El abogado de la defensa, Eduardo Valdivia contraatacó cuestionando cómo es posible que Vidal haya mejorado al tomar un medicamento propio para este tipo de desórdenes. En todo caso, el forense insistió también que durante esos cuatro años no consta que el comportamiento de Vidal llamara la atención al resto de trabajadores: «Alguien se habría sorprendido, pero en todo caso la manía no dura cuatro años».

Antes, otros peritos, en este caso informáticos, habían señalado que varios de los trabajos supuestamente falseados que facturó Bitel sí habían sido realizados. En todo caso, a preguntas del fiscal Pedro Horrach, no supieron concretar si habían sido utilizados o habían sido inútiles.

Por su parte, la jefa de recursos humanos de la empresa declaró como testigo sobre las nóminas de Vidal. Señaló que el entonces gerente le envió un correo electrónico para aplicarse una subida de sueldo retroactiva. Le dijo que el consejo de administración la había aprobado, algo que en realidad, no ocurrió.

El juicio queda ahora pendiente de una última testigo, la sucesora de Vidal en Bitel que ahora trabaja en Quito (Ecuador). El lunes las partes se reunirán para ver si puede comparecer y fijar una fecha para el final del juicio.