Salvador Trinxet, tras declarar el pasado sábado ante el juez y los fiscales. | JOAN LLADO

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Salvador Trinxet, el experto en fiscalidad internacional que recibió el encargo de Diego Torres, exsocio de Iñaki Urdangarin en el Instituto Nóos, de comprar dos sociedades, una en Belice y otra en Londres, declaró ante el juez José Castro que ignoraba que detrás de toda esa operación estaba el duque de Palma.
«Habría explotado comercialmente la relación con Urdangarin si hubiese sabido que él estaba detrás», confesó Trinxet, que la vista del contenido de su declaración podría ser imputado por un delito de blanqueo de capitales, según las fuentes consultadas por Ultima Hora.
Las dos sociedades creadas actuaron bajo el nombre genérico de De Goes Center Stakeholder Management SL, a través de las cuales, se desvió medio millón de euros de fondos provenientes del Instituto Nóos, según los investigadores. El administrador de De Goes fue Mario Sorribas, apoderado de Aizoon, sociedad de los duques de Palma.
Trinxet dijo que a él le pidieron que creara dos sociedades, «para que ellos (sus clientes) pudieran usarlas como quisieran». A la pregunta de qué estructura tenía Blosson Hill (la sociedad madre en la que participaría De Goes Center Stakeholder) para realizar los trabajos que se facturaban, respondió que «ninguna, que yo sepa».
Esa cuestión confirma una de las sospechas de la Fiscalía Anticorrupción y el Grupo de Delincuencia Económica, en el sentido de que las facturas investigadas se fabricaban en España y fueron emitidas por conceptos falsos.
Facturas sospechosas
De Goes Center no tenía oficina propia, ni trabajadores y su domicilio social era el mismo que «de otras muchas sociedades», afirmó Trinxet.
«Yo no emitía las facturas, ni las comprobaba ni las contabilizaba, limitándome a reenviarlas al contable en inglés. Solo apreciaba la parte formal de las facturas, no su contenido, y por ello no me causaba ninguna alarma», aseguró el experto en fiscalidad internacional. Dijo, asimismo, que le había preguntado a Miguel Tejeiro (que hizo las gestiones para contratarle) por la finalidad que tenían esas sociedades en Londres y Belice. «La respuesta fue que proyectaba a través de ellas operar en el extranjero en materia de ponencias y conferencias en temas educativos por encargo de Diego Torres», dijo el abogado.
Trinxet, asimismo, explicó al juez Castro y a los fiscales Juan Carrau y Pedro Horrach que Diego Torres «intentó abrir dos cuentas cuentas en el Banco Crédit Agricole de Luxemburgo, una para cada una de las sociedades». «Mi única intervención fue mediar entre los clientes y el banco para resolver una serie de faltas de entendimiento entre el cliente y el banco, que al final, quedaron resueltas y cobré 12.000 euros de honorarios al bufete Medina Tejeiro», explicó Trinxet, imputado en la causa.