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«Hubo (en Unió Mallorquina) una guerra muy grande con ataques a mi persona en 2009», declaró el exconseller de Esports i Joventut del anterior Govern del Pacte Mateu Cañellas durante el interrogatorio al que fue sometido por la juez instructora del ‘caso Voltor', Carmen Abrines, y el fiscal anticorrupción Miguel Ángel Subirán.
Cañellas compareció en calidad de imputado en la pieza separada número 13 de esa causa, en la que se investiga la contratación presuntamente irregular de militantes de UM a través del Consorcio de Informática Local de Mallorca (Cilma), dependiente del Consell de Mallorca.
Sospechas
Según sospecha el Ministerio Fiscal, pese a estar a sueldo del Cilma, estos empleados ‘fantasma' no llegaron a acudir a su puesto de trabajo sino que se habrían limitado a realizar labores en favor del extinto partido nacionalista.
«Hubo personas que se afiliaron (a UM) para darme apoyo y cuando esa guerra se recrudeció reuní a una serie de personas en la sala de prensa del Palma Arena para explicarles lo que estaba ocurriendo», añadió Mateu Cañellas, que respondió a todas las preguntas, con excepción de las que le formularon los abogados de las defensas. El exconseller dijo que en 2009 el exconseller de Turisme Miquel Nadal estaba enfrentado a él y como consecuencia de ello, se produjo una ruptura de la unidad en UM.
El fiscal Subirán interrogó a Cañellas sobre la contratación, cuando era director insular, de dos personas por el Consorcio de Informática Local de Mallorca (Cilma) para un proyecto denominado Mallorca Digital.
El exconseller dijo que él ordenó contratarlas, en base a sus currículos, para un proyecto relacionado con juventud, pero que de la contratación se encargó la entonces secretaria técnica del Consell de Mallorca Eugenia Cañellas.
Ayer, asimismo, compareció el expresidente de UM Miquel Ángel Flaquer, pero se acogió a su derecho a no declarar.