Los premios Ciutat de Palma también estuvieron protagonizados por la polémica de la lengua.

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La polémica por la lengua centró la Comisión de Cuentas, Economía y Recursos Humanos de Cort, en la que el PSOE abandonó la reunión, aunque acto seguido volvió uno de los tres regidores socialistas que la integran (Andreu Alcover). En concreto, PSOE y PSM-IV-Entesa habían presentado propuestas contra el anteproyecto de Ley de Función Pública del Govern, mediante el que la lengua pasará de ser un requisito a un mérito.

Lengua. Antes de abandonar la comisión, la socialista Guadalupe Pulido explicó en castellano que al ser esta la lengua que predomina, «la que necesita protección es el catalán». Además, aseguró que para cumplir la promesa electoral del PP bastaba un decreto y no era necesario modificar la Ley que cuenta con el consenso de todas las fuerzas políticas. La teniente de alcalde de Funció Pública, Irene San Gil, respondió que «el objetivo es profesionalizar la administración pública» y aseguró que las dos lenguas oficiales (catalán y castellano) están en igualdad de condiciones. El STE-i también criticó «la castellanización de la función pública» y aseguró que se trata de un ataque frontal a la función pública, porque el castellano es obligatorio y el catalán deja de serlo».

Consenso. El portavoz del PSM-IV-Entesa, Toni Verger, argumentó que «la igualdad se está rompiendo porque el castellano es obligatorio y el catalán no». En su opinión «la mayoría de la sociedad no votó al PP para que se entretuviera en romper el consenso que aprobó el PP hace 25 años». El teniente de alcalde de Economia, Julio Martínez, argumentó que las normativas se deben adaptar a la realidad. En este sentido, aseguró que el cambio proviene de una petición ciudadana y destacó que es un compromiso electoral del PP.

Abandono. El socialista José Hila tomó la palabra y espetó que «estamos creando un problema que no existía. La sociedad quería que se cumpliesen otras promesas, como la de bajar los impuestos». Martínez, que preside la comisión, le indicó a Hila que su tiempo para intervenir había acabado y no le dejó proseguir con su intervención. Hila le llamó dictador y abandonó la comisión, seguido de Pulido y Alcover; aunque acto seguido Alcover volvió a entrar.

Al finalizar la comisión Alcover pidió en ruegos y preguntas a Martínez que se tranquilizase, ya que «sólo hay polémica en la comisión que preside Martínez». El teniente de alcalde d'Economia solicitó que no se generalizase y argumentó que los problemas eran siempre con los mismos regidores y destacó que cumplía sus funciones como presidente de la comisión.