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Cuatro delitos de falsedad documental, tres malversaciones, dos prevaricaciones, un fraude a la Administración y un tráfico de influencias. Jaume Matas terminará su primera cita en juicio con la Fiscalía Anticorrupción con cargos por once delitos y una petición de ocho años y medio de prisión, la misma con la que arrancó las sesiones.
Tanto el ministerio público como la acusación particular, que ejerce el Govern, mantuvieron idéntica en la práctica su petición a la Audiencia sobre el ex president. Peor parado salió del trámite de conclusiones el beneficiario de esos once delitos, Antonio Alemany. Para el redactor de los discursos de Matas, las dos acusaciones solicitan una condena de siete años y tres meses de cárcel, casi dos años más que al inicio del juicio. En el extremo contrario, la ex jefa de gabinete Dulce Linares pudo abandonar ayer el banquillo de los acusados acompañada de su letrado, Eduardo Valdivia. Las dos acusaciones retiraron los cargos contra ella al apreciar que en el juicio no ha quedado acredita su participación en la trama para beneficiar a Alemany. Su antecesora en el cargo, María Umbert, queda acusada únicamente de una malversación por firmar una factura en agosto de 2006 a favor de Alemany cuando ese mes -según la Fiscalía- no había escrito ningún discurso al entonces president. De este modo, solicitan para ella ocho meses de prisión, la mitad que al inicio del juicio al retirarle el otro delito por el que iba acusada.
El ex director general, Joan Martorell y el administrador de Nimbus, Miguel Romero, aceptaron condenas de menos de dos años a raíz de sus acuerdos con las acusaciones.
Con estas modificaciones, los únicos que se juegan penas de ingreso obligado en prisión son Jaume Matas y Antonio Alemany. El ex president, de triunfar las tesis de las acusaciones, afrontaría también una inhabilitación de 24 años.
Las modificaciones realizadas por los fiscales en sus escrito de conclusiones definitivas mantienen en esencia el mismo relato de hechos. Consideran que existieron cuatro actuaciones distintas para beneficiar a Alemany con fondos públicos y todas ellas estuvieron instadas por Jaume Matas, que aparece como inductor de una decena de delitos. El cambio más de fondo en lo que respecta al ex president es que le añade un delito de tráfico de influencias por mediar para que la empresa de Alemany obtuviera la puntuación más alta posible de cara a recibir una subvención en el año 2006.