La Revetla de Sant Sebastià ofreció una gran variedad musical sobre los escenario de las plazas de Palma. | Teresa Ayuga

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Puede que asistiera menos gente que el año pasado a la Revetla de Sant Sebastià. Vamos, seguro que asistió menos gente, lo cual es comprensible. El año pasado era Revetla preelectoral y había que estar ahí. Y en éste, al caer Sant Sebastiá en viernes, algunos optaron por irse a la caseta de campo, al hotel de la costa o a hacer un viaje relámpago por ahí. Y luego, la crísis, que por ello muchos no están para revetles. Gente en las plazas donde había grupos actuando y gente también en calles o en plazas alejadas relativamente de aquellas otras. Y quien más quien menos dando cuenta del kit santsebastianero, a base de carne, chulla, llonganisa y botifarra, que unos se traían de casa, otros lo compraban en los bares abiertos hasta las tantas o, si no, en los mostradores montados por PSM, PSOE, IU y PP... aunque en la zona del PP, junto a la sede, no había necesidad de comprar nada, pues quien llegaba y se ponía a la cola se hacia con uno. ¿Que cuántos comieron por la patilla? Pues nos contaron que habían preparado 5.500 de esos kits, más 4.000 y pico buñuelos. Y, como decimos, gratis. No sucedió lo mismo en las otras sedes mencionadas. En la de los socialistas se vendía el kit torrada socialista (bandeja, más pan, más bebida) por 4 euros. Y la zona estuvo mas bien concurrida, más, desde luego, a medida que avanzaba la noche.

Lo mismo podemos decir de las otras dos. El PSM, a causa de las retallades populars, tenía precios de crisis: menú por 2 euros, cerveza, 1,50, y agua, 0,50, mientras que IU, que por lo visto estaba en contra de todo excepto de IU, al son que marcaba el grupo Ska-p servía un rico menú Duque de Palmarena a 4 euros, también al mismo precio el menú Infanta Guisante, a la vez que recomendaba como bebida el Lennin Spritz. ¡Ah!, al lado del chiringuito habían instalado una especia de pim-pam-pum que invitaba a estrellar pelotazos contra botes con la imagen del Rey, el Príncipe, Matas, Merkel y todo aquel que representara poder y dinero.

También estuvo muy concurrida la Plaça de Sant Francesc, y no solo de chunguitos, lolailos y quillos -dicho sea sin menoscabar-, sino de muchos de casa y residentes, y residentes extranjeros. Y es que la marcha que imprimían los grupos y solistas sobre el escenario hacía mover los pies, incluso no queriendo. Y, referente a la cena, casi todos se la traían de casa en sus taper o fiambreras, y como había numerosos foguerons, torrar no era problema.

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En cuanto al resto, bien en lineas generales. En la Plaça Major, puede que hubiera más gente en torno al gran fogueró que frente al escenario. Igual que en es Born, ahí al menos hasta que apareció Coti sobre la tarima, y en Santa Eulalia, lo mismo. En la de l' Olivar, nos pareció que los inmigrante sudamericanos se habían apropiado de todos los asadores, por lo que algunos tuvieron que armarse de paciencia y esperar.

Hay que decir que, al menos mientras estuvimos en cada una de las plazas, no vimos ningún incidente, sino buen rollo y ganas de pasárselo bien.

Y si es la logística, digamos que funcionó y eso que no era poca. Desde las tarimas a las vallas, pasando por las tomas de corriente, sillas, mesas, asadores, etc., no se registraron muchos fallos, y es que Cort, para anoche, había destinado solo para este menester -Policía Local aparte, que dicho sea de paso se hizo ver por todas partes-, a un encargado, un maestro, diez oficiales y diez ayudantes.

Así que feliz Sant Sebastià a todos.