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La polémica por la lengua robó todo el protagonismo a la Festa de l'Estendard del año 2011, ya que el alcalde Mateo Isern fue abucheado cuando cambió del catalán al castellano durante su discurso. Isern intentó continuar en varias ocasiones, y los regidores y altos cargos del PP se pusieron en pie para aplaudirle, pero no pudo y dio por finalizada su intervención, volviendo a utilizar el catalán para dirigirse a los asistentes. «Siento mucho no poder continuar. Siempre he pensado que la tolerancia sería buena. Me habría gustado explicarlo como hablamos en Palma: en castellano y en mallorquín. Ustedes no me dejan hablar, no se preocupen. Molts d'anys», sentenció.

La tensión reinaba en la plaza de Cort, donde un grupo de regidores del equipo de gobierno municipal y del PSM se enfrentaron por lo sucedido. En concreto, el portavoz del PSM-IV-Entesa, Toni Verger, responsabilizó al alcalde de los sucedido por utilizar el castellano en una parte de su discurso de la Festa de l'Estendard. «El alcalde se ha equivocado, está creando un problema donde no lo había. Hoy es importante hablar en mallorquín, todos los alcaldes siempre lo habían hecho». Además, destacó que los abucheos se habían producido de forma espontánea, al tiempo que instó al alcalde a que rectifique y no vuelva a hacer discursos bilingües el día de l'Estedard.

Por el contrario, los regidores del gobierno municipal defendieron que el discurso fuese bilingüe. «El alcalde quería acercarse a todos los ciudadanos, hacer lo que es normal en la calle y por eso lo ha hecho en las dos lenguas», espetó el portavoz del gobierno municipal, Julio Martínez. En su opinión, los abucheos son «una muestra de intolerancia. Debe ser una fiesta de todos los ciudadanos», afirmó. Martínez también aseguró que los que habían silbado al alcalde eran «una minoría que ha querido hacer suya la fiesta y excluir a todos los ciudadanos que no piensan como ellos». En este sentido, aseguró que «siempre hay un grupo que aprovecha para atacar a cualquiera que se sale del guión nacionalista-catalanista». El portavoz concluyó que «era un compromiso electoral del PP hacer en las instituciones lo que es normal en el día a día de los ciudadanos».

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Por su parte, la ex alcaldesa y actual portavoz del PSOE en el Ajuntament de Palma, Aina Calvo, manifestó su rechazo a la actuación que tuvieron algunos de los asistentes a la Festa de l'Estendard y que impidió a Isern terminar su discurso. «Hay muchas formas y momentos para expresar las discrepancias, pero nada puede justificar que se impida a alguien hablar», expresó Calvo. No obstante, puntualizó que «era fácil evitarlo», si el alcalde se hubiese dirigido a los asistentes íntegramente en catalán. Además, subrayó que el Ejecutivo autonómico de José Ramón Bauzá está «tomando decisiones que provocan necesidad de reacción. El Govern está tomando decisiones que son un retroceso», señaló. No obstante, Calvo hizo una llamada al respeto. «Silbidos los que hagan falta, pero después de haber podido escuchar lo que alguien ha querido expresar», aseveró.

Aunque quedó en un segundo plano, durante la primera parte del discurso en catalán, que sí pudo pronunciar, el alcalde recordó a las personas que han fallecido en 2011, entre las que destacó a los ex regidores Mayte Jiménez y Francisco Donate. Además, manifestó todo su afecto a la familia del cooperante mallorquín Enric Gonyalons y deseó su pronta puesta en libertad.

Isern dijo que «nuestro objetivo es hacer de Palma una ciudad más próspera, que recupere la ilusión y la confianza». Así, aseguró que pese a haber tenido que tomar decisiones difíciles, «a medio plazo comenzarán a dar buenos resultados hacia la recuperación económica y la creación de ocupación». Además, se comprometió a no reducir la partidas destinada a servicios sociales. Isern no pudo explicar en castellano lo que han hecho en estos seis primeros meses de Gobierno y tuvo que dar por finalizado su discurso.